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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Homenaje a un gran presidente y amigo

Mi andadura por los banquillos de equipos de fútbol en Gipuzkoa comenzó en el Donosti. Una vez sacado el título de juveniles pasé a entrenar  al Lagun Onak en juvenil nacional y, más tarde, al equipo de preferente. Era la temporada 1990-91 y presidía el club José Mari Larrañaga. Después de meternos en el play off de ascenso junto al vizcaíno Erandio y al Deportivo Alavés, ascendimos de categoría después de ganar en el campo del Michelin al conjunto vitoriano por cero goles a uno. El tanto lo marcó Nolaskoain desde el punto de penalti. Fiesta en el pueblo con subida al balcón del ayuntamiento y jolgorio general de los aficionados azpeitiarras.

Aquella  temporada jugamos el derbi en el campo de Txerloia del Anaitasuna de Azkoitia. El barro llegaba hasta los tobillos y salió un día de lluvia espantoso. Tras el partido vuelvo a mi casa en el barrio de Altza y al poco tiempo suena el teléfono de casa lo descuelga mi señora y me dice: « Alfredo, que te pongas. Es el señor Jose Mari Izagirre». Le contesto, «Sí, dígame» y su respuesta fue: «Soy Jose Mari Izagirre, el cojo ex presidente del Lagun. Han hecho el ridículo en Azkoitia. Vendieron el partido». A lo que le contesto: «El primer cabreado soy yo y no es momento para hablar. Si quieres quedamos y hablamos en otro momento». Cuelgo y a lo mío.

Por suerte y por pasión por el equipo de sus amores el día señalado del ascenso él no podía fallar a la cita en que su Lagun se jugaba el ascenso en Vitoria. Fue y vivió como nadie el ascenso. Lloró, se emocionó, disfrutó y lo celebró. Pero yo tenía una espina clavada y recuerdo que me baje de los hombros de los que me llevaban como a un torero y me fui corriendo a la grada en donde él estaba de pie. Le di una cachetada en la cara y le dije: «Aquí tienes al Lagun, en Tercera. Cógelo si tienes cojones, ya que sé que eres un fantástico presidente». Y lo cogió. Aquello fue el inicio de una amistad extraordinaria y un respeto mutuo y admiración del uno por el otro. Una anécdota que recordaré toda mi vida para lo bueno y lo bonito de contar.

Izagirre participó activamente en el libro de los 50 años del Lagun Onak (1944-1094) y fue su gran impulsor. Organizó charlas en el Palacio Enparantza de Azpeitia a las que acudimos Toshack, Clemente, Santos, Iribar, Exposito, Larrea o yo mismo. No cabía un alfiler.

Años después en las temporadas 96-97y 97-98 fue Jose Mari Izagirre el que me llamó para volver a entrenar en mi segundo pueblo, Azpeitia. Era imposible decirle que no y recuerdo que en el famoso Txoko, con el barril de sidra de por medio, firmamos el contrato. La noticia se publicó en El Diario Vasco. Realizamos una gran temporada tras quedar en el puesto 8 con 58 puntos y los cuatro equipos que se clasificaron para la fase de ascenso fueron el Touring, Elgoibar, Alavés y Amurrio.

En la segunda de esas campañas Jose Mari consigue llevar a Garmendipe a su querida Real Sociedad en un partido de pretemporada en Garmendipe. Hubo un lleno hasta la bandera y la  la Real formó con este equipo:  Olabe, Fuentes, Albistegi, Gomez, Sarriegi, Imaz, Aramburu, Vega, Mutiu, De Padro y Kovacevic. Por el equipo jugaron Gorka, Ponce, Labaka, Iñaki Korta, Odriozola, Oscar, Briones, Castro, Irureta, Xabier Korta y Loren. Ganó la Real por dos goles a uno marcador. Darko Kovacevic y Pikabea  marcaron los goles visitantes y Serrano el del Lagun. El colegiado de turno fue Larrarte. Las crónicas de los periódicos alabaron al conjunto azpeitiarra: El Lagun hizo sudar a la Real; El pez grande se comió al chico; Pikabea puso la lógica y Pedro Soroeta tituló que el equipo azpeitiarra planto cara a toda una Real Sociedad. Recuerdo la emoción y la satisfacción del presidente Jose Mari Izagirre, en su salsa con los consejeros de la Real presumiendo y orgulloso de sus jugadores por el gran partido.

El sábado pasado sábado se le dio el último adiós que el merecía y el pueblo de Azpeitia se volcó llenando su parroquia. A la salida, lloros, emociones, y los jugadores del Lagun Onak despidiéndole con una cerrada ovación. Jose Mari, Dios te tenga en su gloria, que es el lugar que mereces. Siempre estarás en nuestros recuerdos y en lo más profundo de mi corazón. Se nos fue un grande. Descanse en paz.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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