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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Una Real sin alma

El pasado viernes el equipo amarillo, que se encuentra en una situación límite, crítica, es decir, bajo la amenaza del descenso saltó al terreno de juego del Gran Canaria y se encontró a una Real que jugó veinte minutos con un planteamiento táctico acorde al rival de turno: acoso y presión a la salida limpia de pelota del equipo de Quique Setién, con Agirretxe y Vela taponando a los dos centrales Aythami y Bigas; acoso y presión de Illarra y Markel sobre los canalizadores Vicente Gómez y Roque; acoso y presión de Chory y Prieto sobre los laterales Simón y Garrido, con el lunar del costado zurdo nuestro ya que un Chory muy despistado y blando en el aspecto defensivo no tapó las subidas de David Simón y le amargó la noche. Por delante estaba un futbolista rápido, revoltoso, regateador y escurridizo como lo fue El Zhar. Era todo el peligro del equipo canarión en esos primeros veinte minutos. Por contra, la escuadra de Moyes, con robo y contraataque que no llegaron a finalizar bien como en los casos de Vela, metieron el miedo en el cuerpo a un equipo temeroso y que recibió pitos desde las gradas por parte del respetable por el juego para atrás. Esto se producía porque casi siempre los dos medios centros recibían el balón de espaldas y  el acoso y la presión donostiarra provocaban que el balón llegara al portero Javi Varas para que golpeara el balón en un pelotazo en largo. Ese era el juego desde atrás de los pío pío. Así que el objetivo realista estaba conseguido. Pena de las contras no finalizadas.

Pero amigos lectores, en el minuto 28 todo cambió. Con Carlitos Vela, medio mareado y desorientado, llegó el gol de Jonathan Viera. La jugada se inicia con pase a banda derecha que no defendimos bien y David Simón centra sin oposición para que Vicente de cabeza hagapared con Viera, que entra solo y libre de marca y bate a Rulli en el mano a mano. Los aficionados y jugadores no daban crédito a lo visto. Desde este momento al descanso el conjunto canario coge confianza y comienza a triangular con más alegría y seguridad, mientras el equipo de Moyes se queda muerto y asustado y con poca presencia en el área rival. Un remate de cabeza de Agirretxe y un tiro de bolea de Illarra -los dos a las manos del portero- son nuestras llegadas ofensivas. Mientras tanto, Vela seguía mareado y desorientado.

En el segundo acto el delantero mexicano se queda en vestuarios y entra Bruma para jugar en banda izquierda y pasando el Chory a jugar en punta con Agirretxe.  El guineano portugués con su juego de regate, de habilidad, de cambio de ritmo da otro aire de peligro por ese costado izquierdo, pero solo fue mucho ruido y pocas nueces. En el minuto 50 Tana mete un balón a la espalda de un blando Reyes y Araujo de tiro cruzado bate a un sorprendido Rulli (esos balones antes los paraba pero esta vez no) y subió al electrónico el 2-0, que se convirtió en  una losa muy difícil de levantar. Los cambios de Canales y Pardo no mejoraron mucho porque a este equipo le falto empuje, orgullo, deseos, actitud, amor propio, liderazgo para superar las adversidades. Vamos, que fue una Real irreconocible. Al salir del estadio un amigo me espetó en toda la cara: “Alfredo, esta Real es una banda”. Aquí queda todo dicho. Amigos lectores, con perdón, nos mean y decimos que está lloviendo. No, no,no y no. Por favor, no miremos siempre al mismo. Si hay que volver a reunirse, se hace como antes del partido contra el Levante y se buscan soluciones al bajo rendimiento. Esto también es fútbol.

No nos podemos olvidar que ahora el míster luce una amapola en la solapa en señal de solidaridad; ahora no nos comemos un bocadillo y carretera y manta; ahora cogemos un chárter y hacemos seis mil kilómetros; ahora los futbolistas duermen en habitaciones individuales; ahora hay informadores de partido y de Amisco; ahora no hay un presupuesto austero; ahora hay muchos viajes de empleados del club viendo jugadores y muchos partidos; ahora hay mucho dinero invertido en una plantilla con la friolera de 30 jugadores si contamos las cesiones; hasta ahora había un míster top con un cuadro técnico muy amplio; hasta ahora había un preparador físico específico en fuerza a tiempo parcial,  un lujo; ahora tenemos ojeadores por Europa. Ahora más que nunca hay que pedir responsabilidades a todos, es decir, al Consejo, a la Dirección Deportiva, al cuadro técnico y a los protagonistas, los futbolistas. Todos son los responsables. No busquemos excusas pobres y miremos al de siempre, el entrenador, que también tiene mucha culpa como máximo responsable del equipo.

Lo que más me dolió de aquella noche fueron las palabras del amigo: “Esta Real es una banda”. ¡Ya, coño! Hoy más tranquilo y reflexivo creo que mi amigo tenía razón viendo lo que vio: un equipo sin alma, sin orgullo,sin amor propio a unos colores y sin un líder fuera y dentro del campo.

Nota.- Yuri se dejo el alma y salió con la cabeza muy alta.

 

 

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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