Desde que comenzó a rodar el balón en el césped de Anoeta, en todo momento y en todas las facetas del juego la Real Sociedad supo a las mil maravillas cuál era la fórmula para poder contrarrestar el juego de un equipo muy top. El conjunto de Eusebio Sacristán realizó un partido extraordinario en el aspecto táctico, es decir, marcó mucho mejor los tiempos que tuvo el partido, siempre replegó a tiempo, salió a la contra con un Carlitos Vela estelar que destrozó la línea de cuatro azulgrana y el trivote de medio campo Illarra, Prieto y Zurutuza se merendó a los futbolistas internacionales Busquets, Rakitic y André Gomes en ganas, deseos, pelea, trabajo y el añadido de una motivación extra. Además, la línea de cuatro de atrás dejó al mejor tridente del mundo sin poder de reacción y los tres delanteros realistas siempre fueron superiores a los cuatro defensas catalanes.
No hay excusas, no hay tu tías. El Barça saltó al campo con su equipo más titular, no faltó nadie, fue el mejor Barsa posible y quedó demostrado en el rectángulo de juego que el nivel y el estado de forma de los futbolistas entrenados por Eusebio es muchísimo mejor que el de los entrenados por el asturiano Luis Enrique, ya que la Real Sociedad en el cómputo general del encuentro fue infinitamente superior a los culés. A su mister en rueda de prensa no le quedó más remedio que hacer las siguientes manifestaciones: “Es la primera vez que veo a mi equipo siendo inferior en un partido de fútbol”. Fue tan grande el baile de los txuri urdin que el mismísimo capitán Pique declaró al final del partido: “Es muy difícil ganar la liga con esta actitud “.
En el primer acto del encuentro quedó demostrado que por muy bueno que seas como futbolista en esta Liga Santander no se puede jugar andando y viendo pasar a los contrarios sin un acoso o sin una entrada a tiempo.Hubo un equipo que jugó con un ritmo alto de competición y un saber estar sobre del terreno de juego magnífico, no dando respiro al conjunto rival y realizando un primer acto de partido para enmarcar. Los jugadores del conjunto blaugrana casi ni pisaron él área rival.
En el segundo tiempo del encuentro aún empeoró más la imagen del equipo catalán, ya que si no es por la calidad individual de Neymar y la eficacia de Messi en el minuto 54 se les hubiera escapado el partido. El gol del empate llegó tras una conducción con regates del brasileño entrando en él área de penalti, dando un pase milimétrico al argentino para que éste de un trallazo raso y seco alojase el balón en las redes de la portería defendida por Rulli y a pesar de que tres jugadores realistas –Iñigo, Illarra y Yuri– se dejaron todo por impedir dicho remate y se fueron al suelo para tratar de evitarlo. Esta fantástica jugada y un tiro de falta frontal de Neymar fue el bagaje ofensivo del cuadro visitante. Fueron diez minutos en los que se vio algo del mejor Barça.
Pero lo mejor estaba por llegar. Ese gol de la igualada enrabietó a una Real mucho más ambiciosa y con un Carlos Vela que asumió su responsabilidad. Cada ataque del conjunto local era un verdadero martirio para la defensa rival que veía como una y otra vez los jugadores donostiarras desbordaban por los cinco pasillos del terreno de juego, es decir, tres interiores y dos exteriores. Si no es por la falta de efectividad de cara al marco adversario -además de los postes- y el poco acierto del juez de banda al anular un gol legal del boquerón Juanmi, este Barça hubiera salido derrotado con toda justicia del campo de Anoeta.
El míster de La Seca realizó los tres cambios en los minuto 71,74 y 84 y en mi opinión todo no fue perfecto. Si no hay lesión o cansancio de por medio, no me gustaron los cambios de Xabi Prieto y Willian José. En esos momentos del encuentro eran dos futbolistas que estaban realizando un gran partido, con gran aportación en el aspecto defensivo ofensivo y sí vi más cansado a Oyarzabal. El empate fue un mal menor para una Real Sociedad infinitamente superior, es decir, no ganó el mejor. Sin más, fútbol.