La Real Sociedad es, sin ningún genero de dudas, uno de los equipos revelación de esta Liga Santander. Y por meritos propios. Eusebio Sacristan y sus futbolistas han sabido compenetrarse para que este bloque sea un firme candidato a jugar el próximo curso en Europa. Una candidatura basada en un estilo de juego muy definido, con buen trato al balón, vistoso, de toque, de posesión, de combinaciones largas, de sorpresas por los dos costados, de diagonales de los de afuera para que los dos laterales desdoblen y lleguen a línea de fondo para dar un ultimo pase, de pases interiores filtrados a los tres hombres mas en punta, de mucha continuidad.
En esta Real Sociedad hay tres jugadores que ofrecen trabajo, intensidad, movilidad, robo, talento, precision, último pase, juego aéreo, constancia en el trabajo, ayudas permanentes, coberturas… Esos tres mosqueteros son Illarramendi, Prieto y Zurutuza. Con los tres en el campo hay juego, pero son tan diferentes e impresindibles que cuando una pieza de este entramado falta el equipo en general lo nota mucho. Desconozco el porqué, pero el equipo se resiente mucho si uno de ellos no está.
La Real Sociedad entró tan fuerte en el partido que ya a los veinte segundos Bautista había rematado a gol dentro del área. Poco a poco el encuentro se puso como cada entrenador quería. Es decir, Víctor apostó por una presión muy alta a la salida de pelota. Por su parte, el míster de La Seca optó por el control del balón y del juego. Por momentos fue difcíl para los de Eusebio, por la presión de los jugadores verdiblancos en donde muchas veces se intercambiaron los puestos Canales y Zurutuza. Sin embargo, en el segundo acercamiento de los realistas, un pase filtrado y llovidito de Zurutuza llegó a Bautista para que este, en un desmarque fantástico y con un control con el hombro, batiera en el mano a mano a un sorprendido Adán.
El conjuto sevillano no se entregó y reaccionó muy bien. Dani Ceballos cogió el timón y se puso a organizar el juego ofensivo de su equipo, y en una jugada a pelota parada puso un centro desde la derecha que, de bolea, remató Aissa Mandi, colocándola pegada al poste, un balón imposible para Rulli. Empate a uno. Por suerte, en el intercambio de golpes la Real siempre dio primero, aunque en esos momentos el balón y el control del partido eran de los verdiblancos, con Ceballos como máximo protagonista.
Entonces, en una entrada por banda izquierda, llegó como una flecha para recoger un centro pasado un tremendo Alvaro Odriozola que, con una temporización ofensiva, dejó el balón al borde de área para Xabi Prieto, el duende d ela noche. El capitán, con un tiro sutil y colocado, puso el balón en la misma escuadra de Adán. Más efectividad, imposible: dos ocasiones, dos goles. Este gol hizo daño al Betis. Yuri, con un fuerte disparo raso pudo poner el tercero pero se topó con un acertado Adán.
En el segundo periodo, mas de lo mismo. Un Betis mas dominador y una Real que reculó unos metros, ya que el balón lo tenían los locales que se empeñaron en hacer muchas faltas en el robo de balón jugando mas con el corazón que con la cabeza, aunque un activo Sanabria se estrelló con Navas en un segundo remate que fue a córner y su tiro se estrelló en el larguero. En una jugada individual de Rubén Castro, muy mal defendida primero por Iñigo que se va al suelo y, después, por Yuri que no cierra el centro, un gran pase del canarion lo remató Sanabria en la cara de Odriozola. Quedó claroque el juego aéreo no es el fuerte del canterano.
Las ganas de ganar que tenían los béticos les jugó una mala pasada ya que, después de lograr las tablas el marcador, se fueron como pollos sin cabeza a por el tercero. Ese fue el tiempo que tardó la Real en volver a aparecer por el área rival. En una entrada por banda izquierda, el central Tosca falló en cortar un pase milimétrico y el balón llegó a la sbotas del duenre de la noche. Xabi Prieto, de un cabezazo como mandan los cánones, hizo un espectacular gol.
El golpe fue tan duro que los sevillanos desaparecieron del campo. En los últimos veinte minutos de partido solo aparecieron por el área visitante en un remate de Rubén Castro rechazó un Rulli muy inseguro toda la noche. La Real pudo marcar algún gol mas en un remate de Granero desde el borde del área que Adán desvió a corner. El Betis corrió detrás de la pelota sin resultado y muy impotente ante un Carlos Vela que mantuvo el balón los cuatro minutos de tiempo añadido con una maestría brutal, desesperando y sacando de quicio a los jugadores béticos.