La final de la Copa del Rey fue un encuentro muy táctico por parte del Alavés. Pellegrino preparó la final con esmero y con mucha sabiduría. Preparó el encuentro tapando puntos fuertes del rival y explotando los débiles, incluido el balón parado (tomemos el golazo del empate de Theo como ejemplo). Hasta aquí todo correcto y muy bien ejecutado. Pero, amigos, hay cosas en el fútbol que no se pueden controlar. En esta final de Copa quedó muy claro, una vez más, que las cualidades, la calidad, las condiciones técnicas, el talento y la categoría de un jugador están muy por encima de la táctica que puedas emplear como entrenador. Lionel Messi es de otro planeta. Muy superior. Con un talento descomunal, jugando a su aire y de enganche, detrás del único punta o en un costado. Haciéndose el loco, como si no estuviera engañando continuamente a los rivales. Ocupando, también, el lugar que más le gust: a la espalda de los dos medios centros. Donde muchos se arrugan, ya que ahí el futbol es caro y se reparte juego duro y con brio
Juega como los ángeles y su influencia es brutal. Marca el primer gol y participa activamente en los otros dos. Disfruta con el balón en los pies y se lo pasa como los enanos tirando regates, fintas, paredes y disparos a gol. Yo no he visto nada igual. Con esta inspiración del mejor futbolista del mundo, la victoria está más cerca y el éxito, muy asegurado. Sin más. No hay mas pregunta, señoría. Estamos ante un jugador inigualable. Es muy fácil. Nos quitamos el sombrero y seguimos disfrutando de este sensacional jugador.
Por otro lado, el glorioso tuvo una actuación muy digna. Que nadie le quite que llegó a la final con todo merecimiento. No ha tenido suerte en las dos finales de su historia. Al descanso, los de Pellegrino comprendieron a las mil maravillas que el título estaba decidido y que el segundo acto de partido era de puro trámite. Uno no quería que le marcaran más goles y el otro, al sentirse ganador, bajño el ritmo y contemporizo.
Nos quedamos con dos fotografías. Una, la del Barça, un equipo peleando por tres competiciones y que solo ha ganado uno. Pero, eso sí, con unos grandes Messi e Iniesta y la despedida de Luis Enrique, con todos los honores y con tres Copas del Rey ganadas en los últimos años. La otra imagen, la del Alavés, con una temporada fantástica en la Liga Santander y llegando a la final de la Copa del Rey con absoluto mérito.
Mauricio Pellegrino manifestaba al final del encuentro estar «muy orgulloso» del equipo. «Nunca voy a olvidar este día», dijo. Temporadón de los babazorros, que tuvieron la mala fortuna de jugar ante el Barça y el mejor jugador del mundo. Solo nos queda la final de la Champions y este partido también lo comentaremos. Saludos coordiales, amigos lectores.