Nos tenemos que acostumbrar al estilo de juego, a su método, al sello personal de Eusebio ya que es innegociable. Este domingo, en un encuentro de los grandes, el técnico txuri-urdin tomó la decisión de salir al terreno de juego con cinco hombres en la zona ancha del terreno de juego -tres por dentro: los de siempre Illarra, Prieto y Zurutuza más dos por fuera: Canales y Januzaj .
Lo hizo con la intención de jugar con estos dos futbolistas más por dentro, la derecha para Canales y en el costado zurdo el talento técnico Januzaj. Este entramado táctico era para quitarle la pelota al Real Madrid y llevar la iniciativa en el control del juego y del partido. Pero, amigos, enfrente estaba un Madrid al que le faltaban cuatro jugadores titulares como Kross, Macelo, Benzema y su figura más determinante cara al gol Cristiano Ronaldo. Zidane estudió a su rival y colocó sobre el verde a un equipo con un mensaje muy claro: tapar los dos costados con Asensio y Bale y hacerse fuerte por dentro con Casemiro, Isco y un espectacular Modric cuando la Real iniciaba la salida de balón desde la portería defendida por Rulli con un acoso y vigilancia más presión posterior, neutralizar la posesión más robar cerca del marco rival y fue dicho y hecho con una parsimonia letal y un control del balón bárbaro. Los tres mosqueteros, Isco, Modric y Asensio con el sostén de Casemiro por detrás que lo paraba casi todo, dieron un recital de cómo se debe mover el balón y cómo se juega al juego de continuidad. Ellos solitos se comieron a los cinco jugadores que colocoó Eusebio con la intención de ser superiores, pero, como digo siempre y en mi opinión el fútbol es de los futbolistas, y ayer los nombrados fueron muy superiores sobre todo en el primer acto de partido, porque la Real Sociedad sin balón no es la Real Sociedad ni por asomo y tanto fue asi que Willian Jose ni las vio en todo este primer tiempo de juego. ¿El motivo? El balón lo tuvo mucho tiempo el Madrid y poco tiempo la Real Sociedad. Pero es que además si la Real tiene un potencial brutal en la pelota parada, ayer el Madrid defendió donde quiso y como quiso. Es decir: lejos de su propia área y con una marca individual a los jugadores más potenciales ofensivos en este tipo de jugadas. Vamos que Zidane estudió muy bien a un rival que sabía que le podía sacar los colores.
Los goles llegaron en el minuto 19 cuando Ramos, de espaldas, intentó una chilena y el balón se le quedó a huevo al delantero canterano Mayoral, que, a boca jarro, fusiló a Rulli. Pero la Real en vez de recular se fue con todo para arriba y en una jugada de los dos laterales, Álvaro Odriozola, con una gran cabalgada por su costado yante el acoso débil de Bale, puso el balón con un centro medido al segundo palo, donde se encontraba mal perfilado Carvajal y de una bolea bien enganchada y con la ayuda de las manos blandas y escurridizas de Keylor el balón se coló en las redes madridistas. Con ese tanto se puso el partido donde quería la Real y los pupilos de Eusebio pudieron ponerse por delante en una jugada en la que el balón golpeó el travesaño por arriba para después, en la contra, con un Mayoral que pudo hacer falta a un poco rudo Llorente se fue como un tiro en una contra fulminante y con un poco de suerte ya que su centro a boca de gol lo metió en propia puerta Kevin Rodrigues por debajo de las piernas de un sorprendido Rulli. Jarro de agua fría y a volver a comenzar ante un gran Madrid con el balón en sus dominios. A partir del minuto 36, el equipo de Zidane se adueñó otra vez del balón hasta llegar al descanso.
Tras la vuelta de los vestuarios (el Real Madrid saltó más tarde sobre el céped), los futbolistas locales empujaron con más corazón que con cabeza porque dejaron mucho espacio entre la línea de cuatro defensa y el portero Rulli. Y llevar a cabo esta decisión con Modric, Asencio, Casemiro e Isco en el verde es un peligro inminente por su talento y calidad individual. Poco después llegó el fatídico minuto 60 cuando Isco vio el espacio a la espalda de Kevin y colocó a media vuelta un pase de lujo donde salió como un tren de alta velocidad Bale sacando dos metros de ventaja al portugues y con un golpeo de cuchara que consiguió alojarlo mansamente en las redes de un Rulli sorpendido. A partir de ese momento el partido fue muriendo entre el pundonor y amor propio de los jugadores realistas. Eusebio tomó la decisión de hacer varios cambios pero tampoco solucionaron nada porque el pescado estaba vendido y con las continuas perdidas de tiempo de futbolistas madridistas, que tienen un doctorado en esas acciones, más alguna contra de unos y de otros, se llegó al pitido final.
El Real Madrid fue superior en este encuentro por el talento y calidad individual de grandes futbolistas como lo son Isco, Modric, Asensio, Casemiro y dos centrales de un nivel superior Ramos y Varane, pero la clave fue que el Madrid dejó a la Real sin su juguete: el balón.