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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

¿Y ahora qué?

salzburgo -real sociedad. lobo altuna 22.2.2018

La Real Sociedad aterrizaba en Salzburgo sabedora de que el equipo de Marcus Rose era un rival de armas tomar porque en su dilatada experiencia en Europa League le mantenía una racha de 16 partidos sin perder en esta bonita y atractiva competición. El desenlace para los de Eusebio fue fatal: derrota, eliminación, expulsión y lesión quedando el equipo con diez jugadores durante veinte minutos de juego más los cinco de tiempo añadido y un decepcionante adiós a Europa con unos 2.000 fervientes seguidores que no entendían lo mal que compitió el equipo de sus amores. Lo peor de todo en este partido fueron esos fatídicos cinco minutos en los que salió todo rematadamente mal.

El equipo txuri-urdin saltó al verde del Red Bull Arena (por cierto muy blando y muy irregular)  con el estilo, la filosofía y el planteamiento táctico de mantener la posesión del balón jugando con cinco centrocampistas de un nivel técnico alto y dejando el gol en el banco y me refiero a Juanmi. Si su idea era adueñarse del balón y mover de un costado para el otro el cuero hasta que llegue la ocasión, una vez que comenzó a rodar la pelota se vio claramente como los dos equipos realizaban una presión alta al inicio de salida de balón desde la retaguardia.  Por parte realista, Canales hacía de Xabi Prieto y se descolgaba a presionar junto a Imanol y tanto Oyarzabal como Januzaj se metían dentro y también Zuru se juntaba por dentro con Illarra. Por parte del equipo austriaco el mister planteó un encuentro con un sistema 1-4-1-3-2 con los hombres de afuera más a pasillos interiores Yabo y Haidara, por detrás Samassek y Schalger, muy pendiente de Illarra, con dos puntas sobre nuestros dos centrales Dabbur y Hwang, que fue una pesadilla.

La que avisó primero fue la Real en un buen centro de Zurutuza que Mikel Oyarzabal cabeceó al larguero en una ocasión manifiesta de gol. Si tú no marcas, ellos en una triangulacion por el costado derecho con un desdoblamiento de su lateral Lainer y con un desmarque de escuela de Dabbur que se anticipa a Aritz de sutil golpeo pone por delante a los locales. Júbilo de unos y otros a remar contra corriente. A partir de es momento, los jugadores txuri-urdin lejos de venirse abajo con trabajo, amor propio y poca continuidad en el juego utilizaron el recurso del balón parado. Primero avisó Navas en un remate alto y más tarde fue el mismo futbolista que, asistido por Canales en un saque de esquina, remató con la testa a la escuadra de Walke. Después hay una jugada confusa, era el minuto treinta y uno y un tiro de Dabbur va a la mano de Illarra y los jugadores austriacos van en manada a por el colegiado que no vio punible la acción. Desde este minuto hasta el final no pasa nada de nada. Solo un tiro manso de Yabo que desvía De la Bella y bloca sin problemas Rulli. En este periodo se vio que el planteamiento del mister Marcus Rose fue el correcto tapando a los de afuera y desactivando al medio canalizador Illarramendi, y cuando esto ocurre solo te queda el balón parado.

Comenzó mucho más intenso el equipo austriaco en el segundo periodo y fruto de ese empuje hay tres ocasiones de gol en los minutos 49, 50 y 62 por mediación de Schalger, Ramalho y Haidara. Hay un cambio que a mí me sorprende: se queda De la Bella y se coloca de lateral zurdo Llorente y Kevin fuera y Gorosabel en el banco. En mi opinión teniendo a Aritz, el convocado a banquillo era Kevin. Se vio muy claro que jugaron jugadores fuera de sitio en un encuentro importantísimo.

Siguiendo con el discurrir del partido, después de los minutos señalados vinieron unos minutos de mal juego y muchas imprecisiones. Es decir, poco juego y un equipo más intenso y más competitivo que era el Salzburgo ya que la Real Sociedad no aparecía por él área del meta Walke. Mueve ficha en el setenta Eusebio y cambia a Bautista por un poco participativo Agirretxe que fue una isla. Pero llega el fatídico minuto setenta y Navas frena un control de espalda del punta Hwang que usa bien los brazos para que el andaluz pique y lo agarre derribándolo. Tarjeta amarilla y a vestuarios. Llorente se coloca de central izquierdo y Oyarzabal de lateral zurdo. Y ante tanta confusión se escurre de todos el punta torbellino Hwang, que se planta ante Rull, éste se tira a sus pies y no toca balón y si la bota del jugador. El penalti lo transforma Berisha por debajo de la mano de un Rulli que hace el puente adivinando el golpeo pero su mano blanda desvía el balón a la red. Pero aún hay más. Se va Rulli lesionado y entra Toño. Qué mala fortuna, con uno menos y un cambio gastado. En esos momentos se ve que se acaba la aventura europea de los de Eusebio porque con un equipo desdibujado y descontrolado más la inferioridad numérica no aparecieron por los dominios de Walker. Es verdad que un tiro a media vuelta de Januzaj en el balcón del área que rechazó el meta austriaco en el minuto 86 fue la ocasión más clara de este periodo. En los últimos cuatro minutos del tiempo añadido, con golpeos largos y el balón parado los realistas intentaron marcar el gol del empate con más rasa y corazón que con juego y combinaciones y ellos acabaron el partido en un rincón con un rondo de oficio para perder el tiempo y que el colegiado diera por finalizado el encuentro.

Yo vi una Real desconocida y que no estuvo a la altura de competición que exige europa y muy por debajo de una afición ejemplar y extraordinaria. ¿Y ahora qué?

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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