Imanol Alguacil saluda a Pablo Machín, técnico del Girona :: EFE
Después de muchos años en el mundo del fútbol, lo más hermoso de ser entrenador es darlo todo cada día, con muchas ganas, entusiasmo e ilusión, sabiendo que nunca vivirás de ello pero que sin ello tampoco podrías vivir a gusto. Se lo dedico a mi amigo Imanol Alguacil.
El Girona no sabía lo que era ganar en San Sebastián. De los cinco partidos que había jugado cuatro se habían saldado con derrota y sólo uno acabó con empate a dos (con goles del canario Kiko Ratón, quien ahora juega en el Puerto Cruz de Preferente). Eso sí, el conjunto de Machín llegaba a Anoeta convencido de sus posibilidades reales de acabar el curso en posiciones europeas, para lo que tenía que ganar.
Imanol apostó ayer por un sistema de juego 1-4-2-3-1, con tres mediapuntas de mucha calidad y dos hombres más en la zona de contención: Zubeldia en tareas de ancla y Rubén Pardo con una mayor libertad ofensiva. El de Rincón de Soto, ayer capitán, estuvo muy activo y fue uno de los destacados, demostrando que es muy aprovechable en esta Real.
El juego txuri-urdin fue muy intenso, especialmente por el costado derecho con un Januzaj muy participativo. En el minuto 11, Kevin combinó con Canales, éste asistió desde la derecha a Oyarzabal y su amago despistó al portero, lo que permitió que el balón se colara en las redes del equipo catalán. Fue entonces cuando los de Machín despertaron y fueron con mayor decisión a la portería de Moyá. Eso sí, no crearon apenas peligro, ya que los centros de Maffeo y Mojica nunca encontraban rematador. La labor de Héctor Moreno y Navas, unida al fantástico apoyo defensivo de Aritz, anularon por completo las intentonas del equipo catalán.
Lo bueno estaba por llegar y a diez minutos del descanso, el mago de Rincón de Soto -Rubén Pardo- volvió a demostrar su calidad filtrando un pase de lujo a Januzaj. Así, el belga se plantó solo ante Bono y lo desbordó con un un quiebro de cintura y con un sutil tiro al palo largo. Segundo gol de la Real Sociedad. ¡Qué golazo! Y qué tranquilidad dio al equipo de Imanol Alguacil. Eso sí, ante tantas alegrías en los minutos finales de este primer tiempo llegó la cruz por la lesión muscular de Moyá. Toño Ramírez se colocó bajo palos en el minuto 44. No dio tiempo para más en un primer acto de gran fútbol, oportunidades y goles.
Al inicio del segundo tiempo, repitieron los mismos 22 futbolistas. El conjunto local quería mantener el mismo resultado, mientras que el Girona deseaba acercarse en el marcador… y lo demostró en los primeros 15 minutos. Los de Machín son el equipo revelación de esta Liga Santander y mostraron por qué adueñándose del balón. Eso sí, cuando parecía que el gol visitante estaba al caer, un mal despeje de Ramallo lo controló Zurutuza -el segundo Mago del pase- y con un sutil caño a Juampe dejó sólo a Oyarzabal, quien no perdonó. Un gol, el tercero, de una calidad de ejecución brutal.
Entonces, el Girona se hundió. Y Zurutuza siguió dando clases sobre cómo pasar y asistir a sus compañeros. En el cuarto gol, nuevamente dejó a Oyarzabal solo ante el portero rival, mientras que el quinto gol fue de ‘locurita colectiva’: con una jugada a un solo toque que Juanmi -en boca de gol- culminó de primeras.
Buen planteamiento táctico de Imanol, el míster de Oro, que primó ante todo el orden defensivo, el equilibrio en el centro del campo y la libertad de los tres mediapuntas. Zorionak Imanol!