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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Balance de la Copa

Ha llovido mucho desde que en la semana del cuatro al ocho de junio de 1909 se disputó en Madrid la séptima edición de la Copa. Se disputó en el campo de O`Donell y participaron el Club Ciclista de San Sebastián, Athletic de Bilbao, Español de Madrid, Barcelona y el Galicia . Los goles de de Miguel Sena, Simmons y Guinnes dieron la victoria al Club Ciclista en la final que disputó ante el Español de Madrid y que finalizó con el resultado de 3 -1.

Ya con nuestra memoria más fresca el 27-6-87 nos vamos a Zaragoza y en la edición ochenta y tres del torneo la Real Sociedad -que había dejado en la cuneta al Eibar, Mallorca B y Athletic de Bilbao- se presenta en la final ante el Atlético de Madrid con Toshack en el banquillo y con la sorpresa de Dadie en el once incial para jugar de libero. El galés recurrió a un sistema que empleaba muy a menudo y la alineación fue la compuesta por Arkonada, Gorriz, Dadie, Gajate, Sagarsazu, Larrañaga, Rekarte, Txiki, Zamora, López Ufarte y Bakero. Marcaron dos golazos el ‘pequeño diablo’ y Txiki por parte realista y por los colchoneros lo hcieron Da Silva y Rubio, aquel extremo pequeño tramposo, efectivo y gambeteador que se tiraba con suma facilidad en el área. Pues nada,  empate a dos tras la prórroga y al punto fatídico para decidir el ganador. Ahí estaba San Luis y con este porterazo debajo de los tres palos la Copa se vino para San Sebastián.

El miércoles en Anoeta la Real se jugaba el pase a la siguiente ronda ante un Villarreal que llegaba al estadio realista con la ventaja de un gol a cero. El míster Moyes apostó por una alineación de jugones para quitarle el balón a un equipo que  combina muy bien y es muy técnico en el aspecto de continuidad en el juego y control del mismo. Para ello dispuso un once con dos medios centros de carácter ofensivo y creativos más dos jugones por afuera, con vela de enganche y arriba del todo un punta referencial como lo es Agirretxe.

Sin embargo la Real se encontró con un equipo que apostó por el repliegue y la contra y vimos una Real que a lo ancho -en donde el conjunto rival quiso- movió bien el balón, pero en el aspecto de llegada al área rival fue escaso y con poca presencia. Tal es así, que en este primer acto el portero Asenjo solo rechazó el remate de cabeza de Agirretxe a la salida de un córner que acabó con el gol a puerta vacía de Vela. También hay que sumar en el bagaje ofensivo el tiro desde fuera del área de Yuri que se marchó por encima del larguero y un despeje a saque de Dorado que casi se mete en su propia portería. Así que se vió una primera parte con control del juego, pero a lo ancho y no a lo largo con presencia en el área rival en donde el fútbol cuesta mucho dinero. El mejor de este tiempo fue el portero Rulli.

En el segundo acto el equipo visitante salió muy centrado en el desarrollo del juego tras recibir un gol ene el minuto 45, cuando la primera parte acababa. El conjunto de Moyes estuvo mucho mejor, con más llegadas por afuera, aunque en este caso el problema mayor fueron la cantidad de centros a la portería de Asenjo que se quedaron cortos o largos. Es decir, estuvieron muy desafortunados los jugadores de banda en los pases a portería rival. Cuando esto ocurre el punta sólo las ve pasar. El conjunto visitante se puso por segunda vez por delante en el marcador gracias a un gol de Giovanni, que llegó en una jugada que se inicia en un saque de banda y tras en un error garrafal de la defensa  blanquiazul. En una jugada magistral entre Vela y Granero -ya desordenado y dejando solo a Pardo delante de los dos centrales- el centrocampista madrileño logró un gran gol para poner las tablas en el marcador.

A partir del empate y tras la expulsión de Musacchio la Real lo intentó con mas corazón que cabeza. También fue expulsado el sr. Moyes al que los colegiados de la liga BBVA le han cogido la matricula para los próximos encuentros. A mí personalmente no me gustó nada su decisión de saltar la valla y quedarse en la grada comiendo gusanitos o patatas con los aficionados. El cuarto árbitro se lo comento al delegado de campo y Moyes no hizo caso. Esto lo recoge  al acta y a la suspensión de el entrenador habrá que sumarr la del director deportivo, que también lo empapela el arbitro por decirle a la entrada de vestuarios en una zona restringida: «Es una vergüenza, estarás contento». Por experiencia como entrenador esto no sirve para nada o solo sirve para dejar en mal lugar a tu club, que es el único perjudicado.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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