En un curso de entrenadores, hablando de los que son autoritarios y rigurosos en el comportamiento dentro de un vestuario, el profesor comentaba y decía con mucho criterio, para mi gusto, que la disciplina no se impone, sino que se logra o se consigue con normas, ejemplos y comportamientos.
En nuestra Real Sociedad, en la jornada número diez, después de solo conseguir seis puntos de los treinta posibles, como es norma en el fútbol profesional, se destituye al entrenador. Pero cuando esto ocurre, casi siempre, el Consejo tiene ya apalabrado a otro entrenador. Por lo que el ‘plan b’ se puso en marcha y ahora está todo bajo de control. No obstante, el presidente, después de tomar la decisión de destituir a un mister, su apuesta fue la de buscar a un entrenador top. Es decir, bueno, con nombre, con caché. Es el Sr Moyes.
Pienso que, después de que el equipo de David Moyes haya jugado 11 jornadas de liga y cuatro partidos de Copa del Rey, ha tenido tiempo más que suficiente para saber qué es lo que tiene en casa, qué es lo que quiere hacer con esta plantilla de futbolistas y qué juego quiere realizar. Aun así, le veo muy dudoso y, a veces, muy conservador ya que siempre o, casi siempre, ha apostado por la veteranía.
David Moyes, aunque Carlos Vela está lesionado y es uno de los jugadores fundamentales, tiene la plantilla más cara de la historia de la Real Sociedad, y él, en tanto que entrenador, es uno de los mejor remunerados de todos los que ha tenido el club, según tengo entendido. Por ello, hay que pedir responsabilidades al mister y a los protagonistas de esta historia que son, ni más ni menos, que los futbolistas.
El mister en el aspecto meramente táctico, casi siempre ha apostado por un sistema de juego 1-4-2-3-1 y manteniendo, en numerosas ocasiones, a Rulli de titular en la portería. La defensa ha tenido muchas dudas por las lesiones y por las novedades, ya que se ha encontrado con cuatro laterales, el que más ha jugado ha sido Carlos Martinez con 630 minutos.
El central derecho, con la enfermedad de Mikel González, el que más ha jugado ha sido Ansotegi, con 720 minutos. El central zurdo, es indiscutible, Iñigo Martinez y el lateral zurdo, aunque los tres últimos partidos los ha jugado Yuri, el que más minutos ha jugado ha sido De la Bella, con 765, pasándole factura el gol de Manucho el día del Rayo. En el doble pivote con equilibrio defensivo/ofensivo, tienen los mismos minutos Pardo y Markel 531. Por su parte, Granero ha jugado 854. En la línea de tres, Prieto con 900, Canales con 837 y Vela con 725’ y cinco goles. Y arriba del todo, aunque con menos minutos, los dos delanteros referenciales, Agirretxe con 426 minutos y Fingobasson, el fichaje, con 346 minutos y sin estrenarse de cara a gol.
En cuanto al desarrollo del juego, creo que el equipo tiene muchas dudas, ya que la prioridad del mister era realizar un juego de repliegue y contraataque, mejorando el aspecto defensivo del equipo e intentando cortar la hemorragia de derrotas, ya sumaban seis partidos perdidos. Creo que lo ha conseguido ya que sólo han perdido tres partidos en 11 jornadas, aunque también es cierto que sólo han ganado tres y empatado cinco.
El juego del equipo, al no tener velocidad por fuera, ya que Canales y Prieto, aunque son los más habituales, son futbolistas de jugarlas más al pie y, con la baja de Vela, tiene que ser de más continuidad y con un mayor juego de combinaciones hasta que surja la ocasión de meter un último pase para el delantero referencial, más el medio punta central y el del costado apuesto al balón. Pero también se cuenta con el equilibrio que da un medio más defensivo como lo es Markel, y el otro más organizador y canalizador, como lo son Granero o Pardo. Pero siempre buscando ese equilibrio entre ataque y defensa.
Así que las tres palabras mágicas son normas, las que pone el entrenador para salir de esta situación cuanto antes mejor; ejemplo, el que tienen que dar los futbolistas aportando su calidad individual en beneficio del equipo y el afán; la entrega, el compromiso y la implicación. La última es el comportamiento, que es la forma que tienen de proceder el entrenador y jugadores en estos momentos donde su rendimiento debe subir varios escalones por el beneficio común. Además, hay que añadir la agilidad mental del mister en estructurar un conjunto capaz de sacar el máximo rendimiento a los futbolistas que tiene en el plantel con un juego más pensado en las características de esos futbolistas.