El único precedente entre la S.D. Eibar y la Real Sociedad en Ipurua que existía en la Liga BBVA era el encuentro ganado por los armeros gracias a un solitario gol marcado después de una jugada a balón parado por el futbolista Javi Lara, que hoy juega en el equipo chicharrero del Tenerife.
La principal misión de Mendilibar era recuperar el estado anímico de un grupo muy tocado por los malos resultados de una segunda vuelta de liga muy pobre, ya que de los 39 puntos posibles que te da la competición su equipo solo había sumado la pírrica cifra de 8 puntos y de los últimos 24 posibles únicamente logró 2. Así que tocaba ganar sí o sí ante un rival en racha y que venía de ganar dos partidos muy duros ante el Sevilla y Barça. Sin embargo, el discurso de Eusebio a su plantilla debería de ser otro bien distinto: hacer creer a sus futbolistas que si fuimos capaces de vencer en el Sánchez Pizjuán y al líder, ya teníamos un referente para volver a competir con las mismas ganas, deseos, garra. El campo de Ipurua es el clásico en el que hay que ponerse el mono de trabajo y competir de tú a tú a un equipo que siempre está muy metido en el partido y nunca le pierde la cara a cada balón, a cada entrada o a cada pelota dividida, es decir, compite como nadie en un partido muy importante para ellos.
Ya cuando llegamos a Eibar, en el bar Bola Toki -un referente antes de comenzar los partidos en las tertulias de taberna- se escuchaba: «estos hoy se van acordar del partido que el curso anterior regalaron al Granada». Se notaba sed de venganza y en el campo al iniciarse el encuentro se vio claramente que el partido era a cara de perro.
Por parte armera, el míster Mendilibar apostó por la contundencia y por reforzarse en los pasillos interiores para luego salir al ataque por los costados. Buscaba un fútbol de adentro afuera para acabar por dentro con los centros de los dos laterales, Capa y Luna, más Inui y el veloz Keko por delante. Y preparados para el remate los dos puntas, Sergi Enrich y Borja Bastón. En el cuadrado que componían los dos medios centros y los dos centrales -con un trabajo en equipo espectacular de los cuatro- destacaron y se comieron a los jugadores realistas Anso, Ramis, Escalante y un extraordinario Dani Garcia que acabó estenuado por el fantástico trabajo que realizó y dejando un recado: «Yo también puedo jugar en esta Real Sociedad».
Por el bando contrario, Eusebio apostó por el equipo que le dio el triunfo en Sevilla con la única variante de Aritz Elustondo en vez de Carlos Martínez. Lo demás fue igual. Ya en el minuto 6 de partido otra vez un gol tempranero en un saque de banda muy bien ejecutado por Yuri. Zurutuza pone la magia con su tacón y el balón se le queda a bote al tocar en Dani y de un sorprendente zambombazo lo coloca en toda la escuadra de un sorprendido Riesgo que solo mira cómo se cuela el balón en su portería. Con este gol se vieron muy buenos minutos de fútbol de la Real Sociedad, ya que llevaba el partido muy controlado con la pausa y el saber estar de Prieto e Illarra y con la ayuda de un Zuru que taponó muy bien a Capa. Por el otro costado, Oyarzabal con su calidad y metiéndose dentro logró tener mucho el balón en posesiones largas y de continuidad. La tuvo Vela en un mano a mano pero no estuvo nada efectivo y desperdició una clara ocasión de gol.
Todo iba a cambiar pasada la media hora de partido, ya que en un centro lateral muy mal defendido por Reyes y por Rulli -que en el juego aéreo hasta el momento estaba siendo un valladar – lo remató Sergi Enrich con un cabezazo y tras golpear el balón en Reyes puso las tablas en el marcador. Este empate impulsó y dio alas a los entrenados por Mendilibar, que comenzaron a meter el miedo en el cuerpo a los realistas, que aunque mantenían el orden y rigor defensivo, por primera vez en el partido sufrían los ataques armeros.
Tras el descanso los eibarreses volvieron de vestuarios con muchas ganas y con unos bríos espectaculares. En el minuto 58 y tras una cantidad de fallos encadenados, Escalante -el más listo de la clase- colocó en ventaja a los azulgranas tras una jugada en la que fallaron todos: Zuru, Rulli y Reyes. Amigos, cuando esto ocurre son demasiados fallos en una misma jugada y se pagan. Más regalos en El Corte Inglés, que está muy cerca, por cierto.
Ante la adversidad del resultado, Eusebio movió ficha y quitó a Xabi Prieto y metió a Jonathas. Este cambio provocó que Vela pasara a jugar en un costado, Zuru al medio, Jonathas a punta de ataque y Oyarzabal a su costado zurdo. Sin embargo, desde que Prieto abandonó el campo y se perdió por completo el juego de pausa y de combinaciones. El medio campo realista fue papel de fumar para Escalante y Dani García, que fueron muy superiores a los jugadores donostiarras. Con los dos cambios posteriores de Bruma por un cansado Zuru y de Granero por Markel no resultaron nada provechosos para los interese del equipo de Eusebio, ya que el equipo no reacciono y su juego fue plano y sin chispa. Al final del encuentro hay un claro penalti sobre Carlitos Vela que el arbitro no sancionó, aunque también es verdad que Mendilibar ya había reaccionado y con los cambios de Juncá, Adrián y Peleteiro potenció medio campo y taponó el costado de Aritz y Vela. Le salió de escándalo y sumo tres puntazos después de estar ocho jornadas consecutivas sin ganar.
Míster, con respeto: Mikel Oyarzabal necesita un descanso. Acabó roto, hundido y sin fuerzas. Mi opinión.