Los jugadores del Eibar celebran su empate ante el Real Madrid en el partido de la séptima jornada de liga en Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu. EFE
La S.D. Eibar con su rigor táctico y con su orden milimétrico durante 94 minutos sobre el verde del templo del Bernabéu ha propiciado la primera crisis del equipo merengue, ya que los de Zidane llevan tres empates consecutivos en la Liga Santander (Villarreal, Las Palmas y Eibar) y uno en Champions (Borussia de Dortmund). Después de estos resultados el Real Madrid pierde el liderato, pero lo más preocupante es que es un equipo sin un estilo de juego y sus individualidades han venido a menos. Ante el Eibar sólo Bale por el costado derecho creó peligro ante el portal de Asier Riesgo. ¿Los demás? Benzema ‘el gato’, muy gris, muy frío y muy malo en movimientos de anticipación ante la defensa rival, con el trote borriquero de Isco y el teatro de películas de un Morata que estaba más en el suelo que de pie y con unas carreras más para la galería que para el equipo a presionar la salida de pelota del consentido y divo Cristiano Ronaldo, negado de cara al arco rival. Son las imágenes que enfurecen a la parroquia del Bernabéu, mucho más que el empate conseguido con todo merecimiento por un Equipo con mayúsculas es decir un equipo XXXXXL.
Los méritos del conjunto de Mendilibar no se pueden cuestionar, ya que justifican con creces como un equipo con un entramado táctico y un rigor fantástico además del orden de todos sus futbolistas sobre la alfombra verde de este templo y que dispararon entre los tres palos los mismos tiros que el conjunto local. El reparto de la famosa posesión fue del 60% contra el 40% y las sensaciones que dejaron los entrenados por el técnico francés fueron muy malas por culpa de un extraordinario equipo armero.
José Luis Mendilibar no es un míster mediático ni un entrenador top, pero sí un técnico como la copa de un pino que prepara los partidos con rigor, eficacia y con grandes dosis de agresividad en todos sus jugadores a los cuales los hace rendir al ciento cuarenta por cien en estos grandes campos de la greografía ibérica. Este Eibar me recuerda aquel de Xabi Alonso y del canarión Silva, dos futbolistas de lujo al frente del equipo. Sí, primero el equipo, el conjunto, y después aporto mi calidad individual para hacer mucho mejor al equipo.
La pelea y el trabajo al mando de la zona ancha del campo fue de mucho equilibrio, ya que las parejas Kross– Rico, Escalante– Kovacic, Dani García– Isco ninguno de ellos fue superior al otro. El Eibar jamás perdió la compostura ni el sitio a pesar de la velocidad por el costado derecho de Bale o los caracoleos de Cristiano por el costado izquierdo en donde lo tapaba Capa con altibajos. Allí apareció la mano de Mendilibar, que leyó muy bien el partido y con los cambios en momentos cruciales y con la seguridad y entereza de su equipo le hicieron acreedor de un gran premio, que no es otro sino conseguir su primer punto en el Estadio Santiago Bernabéu.
En este encuentro de fútbol quedo muy claro que el problema de este Madrid tiene más que ver con lo colectivo que con lo individual y las bajas de Casilla, Ramos, Marcelo, Casemiro, Modric, no pueden servir de excusa, ya que vimos a un equipo merengue que tiene muchísimos problemas en donde el fútbol es caro, es decir, en las dos áreas. En la suya defiende muy mal y en la contraria ha perdido por completo su eficacia cara a gol y su presencia en estos últimos quince metros, ante un rival super motivado que fue una roca, muy hermético y batallador como nadie y que jamás perdió la compostura sobre el terreno de juego llevándose un punto de oro merecidísimamente de un campo, muy pero que muy difícil de sumar.