Veamos. Primer post. Toca presentación. Podría decir nombre y apellidos, fecha de nacimiento, cuáles son mis hobbies y blablabla. Prefiero hacerlo de otra manera. En varias ocasiones me han llamado melómana (persona fanática de la música según la RAE) y siempre he contestado con un “¡y orgullosa de ello!”. Mis primeros recuerdos de música me sitúan asomando la cabeza entre los asientos delanteros del primer coche que tuvimos en casa mientras mis padres escuchaban el casette (sí, casette) de Sabina o el mítico dueto de Ana Belén y Víctor Manuel. Cuando un familiar me regaló mi primer Cd de cierto grupo donostiarra esto ya no tenía marcha atrás. Empezaba la locura musical.
Al lío. El otro día iba conduciendo cuando escuché en la radio que un conocido artista decía algo así como ‘la música es lo principal, el evento viene detrás’. Pues esa va a ser la filosofía de mis posts. Primero música, luego evento. Es decir, crónicas de conciertos, reseñas de discos, entrevistas de grupos. Y así.
Hoy vengo a contaos dónde estuve ayer. Nº 34 de Zabaleta. Gros. Donosti. Garoa Kultur Lab. ¿Que qué es Garoa Kultur Lab? Una librería con mucho rollo. No una librería donde compras el best seller del momento y te vas. No. Una librería con encanto en la que puedes comprar libros con recomendación incluida por parte de los dependientes y , de paso, te quedas a disfrutar del acústico del grupo que corresponda ese mes.
¿Un concierto en una librería? Esta misma pregunta se la hice ayer a Oier Aranzabal, organizador de Paperezko Kontzertuak, que es así como se llama el ciclo de conciertos que él supervisa. “Ya hay otros ejemplos en el mundo. Nos inspiramos en los Tiny Desk Concerts de la emisora de radio pública estadounidense NPR, y nuestra idea era crear un ciclo de conciertos “unplugged” (acústicos) donde la gente es la que trae al grupo, y donde se graba todo lo que sucede -como una experiencia única- y lo compartimos en la red”, explica Oier.
A todo lo que hacen en la librería le ponen el nombre de ‘paperezkoak’, y la idea surge de los clubes de lectura, Paperezko Lagunak. “Veíamos que aquí había un vacío que había que llenar. Nuestra labor es, por una parte, fomentar la música y brindar a los artistas un espacio digno donde todo el dinero que se recauda es para el artista. Y, por otra parte, creamos una hemeroteca de vídeos musicales de grupos (tanto de aquí como de fuera) que creemos que es un bien cultural para la sociedad”, asegura Aranzabal.
Están muy satisfechos con el trabajo realizado hasta ahora. En Zarautz (donde tienen otra librería) funciona muy bien este ciclo musical y por eso han empezado ahora también en Donosti. “Lo hacemos en colaboración con las productoras Debolex, ZuZeu.com y Ogeita4, ginmusica y Keler. Es un proyecto colectivo que no tiene ningún afán más que fomentar la música y crear contenidos en la red que recojan estos momentos tan especiales para subirlos y compartirlos”, comenta Oier. Por lo tanto, esta es una iniciativa sincera que da la oportunidad de conocer a los músicos desde otra perspectiva. “Además, una de las mayores aportaciones es el contenido audiovisual que creamos, colgamos en la red y queda ahí para todos”.
Y después de esta charla venía el concierto. O Conciertazo. Porque The Sadies se desfogaron entre libros y lo dieron todo. Los hermanos Good y los suyos, procedentes de Toronto, dieron una clase magistral de música country, surf y R&R. Todo en uno. Y para muestra un botón.
Concierto atípico por el lugar y por el formato. Tocaron sus grandes éxitos intercalando respuestas a preguntas realizadas por el moderador Aritz Zestona. Momento estelar a destacar. A la pregunta de ‘Beatles or Rolling?’, la respuesta fue ‘The Kinks!’. Aplausos y reacciones varias aparte, más de uno grito ‘Beste bat!!’ cuando ya parecía que todo había terminado y, entonces sí, cinco últimas canciones y fin. Gran éxito este primer #PaperezkoKontzertua de Donosti.
Yo me despido ya. Agenda cultural en mano y a fichar próximos acontecimientos…