Viajando en metro, tomando un café una tarde de invierno, dando un largo paseo, sentados en un banco en el parque en el que tantas horas hemos pasado… en cada una de estas situaciones estamos rodeados de historias externas, historias que no tienen que ver con nosotros, que no entendemos, que ni siquiera nos incumben, pero que de alguna manera también forman parte y se convierten en nuestra historia. Son vidas ajenas, que pertenecen a rostros desconocidos pero que en un momento determinado llaman nuestra atención. Quizás os preguntéis a qué me refiero. Hablo de esas conversaciones que se cruzan en nuestro día a día y que recordamos por alguna razón. Muchas veces llegamos a casa y comentamos con nuestros familiares o amigos conversaciones que hemos escuchado y que han llamado nuestra atención.
Somos curiosos por naturaleza, por no decir cotillas, y de alguna manera nos atrae conocer lo máximo que podemos de algunas personas que se cruzan en nuestro camino. Algo similar les ocurrió un 8 de diciembre de 2011 en un café de Argentina a Tatiana y Ezequiel. Mientras se explicaban el uno al otro sus novedades oían de fondo a una pareja hablando sobre la infidelidad. El rato que estuvieron allí no pudieron evitar oír frases sueltas de aquella curiosa conversación. Una vez fuera, tras comentar algunas de las frases que se habían grabado en su memoria llegaron a la conclusión de que aquellas declaraciones no se podían perder en el aire como si nada teniendo en cuenta que ya las estaban olvidando nada más salir. Fue entonces cuando decidieron crear su original proyecto: La gente anda diciendo. A partir de entonces apuntarían todas aquellas frases que escuchaban por la calle y que por algún motivo llamaban su atención.
Y qué mejor manera de recopilar frases y comentarios interesantes que animando a la gente a que lo hiciera. Crearon así su página en Facebook y al poco tiempo vieron como a medida que pasaban los días más gente se animaba a compartir aquellas frases que escuchaban por la calle. Tras este inesperado éxito surgió la idea de plasmar aquellos comentarios que más habían gustado sobre papel, para que nada ni nadie pudieran borrar aquellas declaraciones, para que perduraran toda la vida. Este es el libro que traigo y recomiendo hoy. Un libro repleto de historias, comentarios sin contexto que con éste perderían la gracia. Frases como “¡Pero mamá, yo no quería nacer!” o “Deja de dirigir mi vida, tienes 9 años” son algunas de las que encontraréis en este divertido libro. Quién sabe, quizás alguna haya salido de vosotros mismos…