Tres décadas separan estas dos fotos, estos dos golazos.
En el caso del primero, el de Zamora en Gijón frente al Sporting que valió la primera Liga de la Real y abrió el periodo mágico de la década de los ochenta, en el que se terminó de forjar un sentimiento que une a Gipuzkoa entera en la familia txuri urdin, pase lo que pase. Adoro esta fotografía y este recuerdo. Se ve a Zamora con toda la potencia y flexión de su cuerpo en la zancada con la que nacerá la carrera con que se celebra el gol, la Liga, el sueño. Es un instante dorado.
En el caso del segundo un Griezmann plateado y acróbata encaja el balón en la escuadra del Olympique de Lyon en una txiribuelta mágica que convierte nuestros recuerdos de la Real en blanco y negro en el más potente technicolor. Esta jugada se repetirá de memoria por los siglos de los siglos en el cauce del Urumea: Zurutuza a Vela, que levanta la cabeza y centra a Griezmann, que se retrasa y ¡catapum!, txiribuelta y a la escuadra. El Gol de la Champions con aquel otro de Zidane, que ya es decir.
Hoy, durante todo el día, aquí en Gipuzkoa y en Donosti, no se habla de otra cosa. Del pase a la cumbre de la Champions si mantenemos la puerta a cero. Pedro Gabilondo deja en Twitter y Facebook un buen apunte:
Y el periodista Ander Izaguirre, autor del magnífico y recomendable reportaje editado en los Libros del KO como ‘Mi abuela y diez más’, explica que “El Madrid nunca tendrá el gol de Zamora“.
Y añado que tampoco el de Griezmann.
Lo que no sé yo, tras escuchar todos los runrunes posibles durante esta última semana, es si la Real tendrá a Griezmann a partir de esta noche. Huele a Spurs por todas partes.
Pero, pase lo que pase, como dice Chema Castro, de La Espiga, no pasa nada: “Somos de la Real”. Sin remedio. ¿De qué otro equipo vas a ser?