Buen viaje Gonzalo.
Siempre me quedó la sensación de que aun siendo feliz la vida no te terminó de tratar como realmente te merecías. Sin embargo, el regalo de tu preciosa hija, Alejandra; la sonrisa perenne en tu rostro; esa mirada traviesa y despierta y todo tú, un ser de infinita bondad, te llevaron a ser una de las personas más queridas que he conocido en San Sebastián.
Desde Marianistas al Edificio Central de la Universidad de Navarra, desde las bajadas de Igeldo cantando ‘Su, su, su, su, susurrando’ de ‘Peor Imposible’, hasta los pintxos por Loviejo haciendo el tarambana. Al conocer que has partido, esa red telúrica de amistades que te quieren nos escribimos, despechados, incrédulos y rabiosos.
El único fallo que quizás cometiste en toda tu vida fue el de partir demasiado pronto. Buen viaje Gonzalo, querido Sopas, amigo de los de siempre, bueno entre los buenos. Dijo Robert Redford cuando falleció Paul Newman que había dejado, más allá de todas sus películas, un mundo mejor. Tú eres nuestro Paul Newman, Gonzalo. Gracias
Esquela en El Diario Vasco