Después de saborear el triunfo en el derbi y haciendo oídos sordos a valoraciones interesadas y llenas de excusas inútiles de los perdedores, la Real encara con un alto estado de ánimo la visita al equipo más temible de nuetro fútbol. Las estadísticas dan bien pocas opciones a los de Lasarte, pero la Real saltará al Camp Nou con mucha ilusión y sus jugadores cargados de ánimo por lucirse en un campo que es un escenario majestuoso.

El juego de la Real tiene precedentes interesantes en partidos contra rivales que dejan jugar y el Barça es uno de esos equipos que tiene jugadores de otra galaxia, éstos sí lo son, pero que juega y deja jugar. Ya sé que los que tienen quereres azulgranas no valoran las posibilidades realistas en Barcelona, pero la Real no tiene nada que perder y, por contra, podría conseguir otro resultado para lanzarle aún más en una temporada que hasta el momento es brillante. Un par de datos lo atestiguan.

Llevan dieciséis puntos más que a estas altuiras del año del descenso y las cuentas de los más estrictos aseguran que con unos pocos puntos más, la permanencia estará asegurada. Y, como dice Martín Lasarte, si eso se confirma abriremos una nueva expectativa de objetivos más llamativos. Estamos en una nube y pase lo que pase en el Camp Nou el domingo no nos habrán derrumabo de las ilusiones realistas. Estamos en presupuestos de elevados vuelos.