Es muy probable que a nadie la guste ver a deportistas de élite metidos en una certeza de dopaje como testifica el entrenador que los guía, pero si les digo la verdad y sin haberlo consultado con los ciclistas quiero creer que alguno se habrá aliviado tanto como ese montón de atletas que, de forma esperpéntica diría yo, no tardaron en emitir un comunicado de “miren a ese que yo no estoy limpio y además sé que hace trampas…”
Porque el deporte español ha crecido de forma espectacular y de ello podemos congratularnos los que hacemos información deportiva, porque siempre es más bonito hablar de éxitos que recoger las decepciones. Pero qué hay de verdad en las hazañas y cuáles eran ilegales…
Ya era hora de avanzar en la patraña, porque sin exculpar a los ciclistas que tienen lo suyo, parecía que con sacarles a ellos los colores todo lo demás era limpio y radiante. Pues ya ven…
Para vergüenza de los dirigentes que se jactaban de haber conseguido “un deporte limpio en España no como esos de Francia, Italia y esos países que no hacen más que descubrir dopados…” escuchada esta frase se les debe cambiar la cara, porque esto no ha hecho más que empezar.
Es el ciclismo, de acuerdo y los propios protagonistas tienen mucha culppa porque lo han llevado fatal. Ahora el atletismo, pero yo invito a los que de verdad quieran saber la verdad de nuestro deporte que sigan en la indagación porque hay donde investigar. Claro que después de ver que ponen a Pau Gasol como estandarte de nuestros éxitos, selección española incluída cuando sabemos que donde él ejerce su profesión hay barra libre… no me imagino al que manda levantar la voz con un “caiga quien caiga”. No, no me lo creo.