Quieras que no, la distancia que se ha abierto entre la Real y el Athletic en el comienzo de la Liga es todo un revulsivo para el derbi que se anuncia para domingo a mediodía, en la hora del Angelus y para rezar por verle a la Real doblegar a su mayor enemigo.
Tanto en la derrota de Sevilla como en el triunfo ante el Granada, en el equipo de Montanier ha faltado algo para que el fútbol encandilara, han sido dos resultados cantados, porque desde que Kanouté y Estrada marcaron su gol se sabía que el marcador se iba a quedar así.
Hay mucho miedo en los equipos y a todos se les ve más preocupados por defender su puerta que por otra cosa. Salvo los que matan, que son dos bien conocidos, el resto de equipos tienen bastante con ganar sus partidos por la mínima. Y en eso están.
La Real apunta alto, aunque aún no tengamos una idea clara de lo que pueda ser capaz de hacer. Es significativo que sin un fútbol redondo haya sumado siete puntos, porque cuando lleguemos al éxtasis, que lo esperamos, todo será más fácil. O no, porque en esto del fútbol pasan cosas muy raras, como que tuviera que ser Estrada y de aquella forma el que marcara el único gol ante el Granada. Sin duda que esa opción no entraba en las apuestas.
Mallorca es un campo para intentartlo, cremita para no quemarse a esa hora en la isla y a por un equipo con los primeros apuros. Porque a la misma hora, aunque a diferente temperatura esperemos, Real y Athletic se meterán en la disputa una semana después de un partido que promete. Tiempo al tiempo.