Cuando me pongo algo histérico con el tema de doping es porque ante las evidencias se comenten desmasiadas injusticias. Ya sé que es clamar en el desierto, pero el tema de Amstrong desborda el vaso, lleva el ciclismo a las cloacas y supone un palo irreversible. Con el salvoconducto que proclamaba la autorización a ingerir productos que aliviaran su cáncer de testículo el texano cometió numerosos delitos que renuncia a seguir negando. Hay testigos y muestras que evidencian que cometió no pocos abusos y de la misma forma que en la Clásica del 92 acabó el último amenzazó con volver para gana. Y vinoy ganó.

Los siete Tours que van del 1999 al 2005 ahora no tienen ganador a la espera de que se decida lo que hacer con ellos, porque hay cosas incréibles. Para empezar, Joseba Beloki se convierte en el primer guipuzcoano ganador de un Tour, el del 2002 y segundo en los dos anteriores, detrás de Ulrich, también sancionado por doping. Aún es más rocambolesco el Tour del 2003, con la siguiente clasificación inicial: Amstrong, Ulrich, Vinokourov. Hamilton… los cuatro pillados después, aunque no en la prueba francesa de ese año. Si hubiera sido, el ganador sería otro guipuzcoano, Haimar Zubeldia, que fue quinto.

Bueno, estoy desbordado y a la espera de más noticias y decisiones oficiales, pero esto no hay por dónde agarrarlo. Ah! Y no olvido mi pequeña discusión con Igor Gonzalez de Galdeano, cuando insinué en una conferencia de Gasteiz que me mosqueaba lo que tomaba Amstrong. Ahora Igor pasaría a quinto en el Tour del 2001 y cuarto en el siguiente. Mikel Astarloza pasa al top ten del 2009, al quitarle del tercer puesto a Amstrong y el guipuzcoano escala a décimo. Continuará…