El fútbol tiene estas cosas y han sido suficientes dos jornadas seguidas con triunfo para que en lugar de quemarnos en la cola ya soñemos con grandes logros. Si es verdad que hemos cogido carrerilla, la ocasión la pintan calva, porque se nos ha puesto un calendario precioso por delante. Si ya lo era, el cambio de la fecha copera de octavos ante el Barça (supuesto a remontar el martes la eliminatoria con el Córdoba) lo pone todo más apretadito y precioso.

Después de Osasuna y Córdoba, la Real viaja a Mestalla, que es el campo que hasta llegar a La Rosaleda, mejor recuerdo había dejado, fue el escenario del único triunfo del año a domicilio. No estaría nada mal repetirlo. Luego viene el Getafe, vamos al Camp Nou si se tercia la ronda copera, luego a Granada y cerramos el año con el Sevilla en Anoeta. Pero el arranque del año viene fetén. Primer fin de semana al Bernabéu, tres días después la vuelta con el Barça en Anoeta y después de doblar la mitad de la Liga con el Depor, comenzar la segunda vuelta con el Barça en Anoeta la víspera o el mismo día de San Sebastián.

Lo dicho, o subimos en globo o nos volvemos a las mazmorras que es el lugar más cercano que hemos tenido en el año que se nos va. Calendario bonito sí que es y si el equipo mantiene el tipo, Anoeta se quedará pequeño. Recuperemos la ilusión porque a ello nos quieren llevar los futbolistas con sus últimas actuaciones. Momento clave, con la renovación de abonos a la vista. Ya se frotan las manos en las oficinas de Anoeta.