Uno tras otro, los entrenadores de los rivales que caen en
Anoeta se han sentado en la sala de prensa para poner en duda la justicia de
los triunfos de la Real. Que
si mala suerte, que si el árbitro, que el balón era suyo, el dominio, en fin la Real había ganado por
casualidad. Y para que no tengan que hacer demasiada memoria centrémonos en el
gran triunfo de ayer de una Real que fue sobre todo un gran equipo. Pues
también Esteban Vigo, el técnico forastero, vino a decir que el peso del
partido lo llevó el Hércules y que tuvieron mala suerte. Cuando escuchamos
estas valoraciones ensalzamos aún más al entrenador de la Real, que nos ha
acostumbrado, aunque ya no se lleve en este fútbol, a ser honrado en sus
apreciaciones. Sus primeras palabras en Córdoba fueron para reconocer justo el
triunfo del rival. Y fue verdad porque la Real jugó un mal partido, aunque pese a todo ahí
quedó la demostración del penalti no señalado sobre Xabi Prieto que hasta en Competición
lo reconocieron. Pero que Vigo no admitiera que la Real tuvo ayer media docena
más de ocasiones que ellos es patético.
EMOCION Martín Lasarte ha conseguido darle a esta Real un espíritu
de lucha que le permite sacar adelante muchos partidos por difíciles que se
pongan. Seguro que se fijaron en la piña que montó el entrenador en el césped
antes de empezar el partido. Y seguro que le vieron también cómo se lanzó al
final a apretar en un gran abrazo a Zubikaray. Todos entendimos su mensaje, el joven
portero jugó el partido más difícil de su vida y lo sacó adelante con gran
dignidad. También Lasarte se libró de una buena, porque le esperaban los que
querían a otro portero. Pero otra vez todo salió bien y sin Bravo ni Xabi
Prieto, la Real,
el gran equipo de la Real,
ganó con todo merecimiento al segundo de la fila.
OCASIONES
Nadie va a negarle a Vigo que su equipo, que por cierto
lleva cinco partidos sin hacer un gol y es el que menos puntos ha sumado en la
segunda vuelta, tuviera un par de ocasiones, hasta tres si me apuran delante de
Zubikaray. Pero hacen falta goles para ganar y ninguna entró como tampoco las
que dispusieron los realistas, hasta seis claras que en el último instante no
acertaron con la puerta. Sólo valió el gol de N´sue y por eso se quedaron los
tres puntos en Anoeta como pasó en las visitas de otros ilustres.
ESPECTÁCULO Digan lo que digan los demás, la Real hizo ayer cosas bien
bonitas, espectáculo puro y duro con grandes artistas con el balón, como David
Zurutuza, Carlos Bueno, Antoine Griezmann y el resto de la orquesta, porque el
trabajo de los laterales es cada día mejor, no digamos la efectividad de los
centrales o el gran trabajo de los pivotes. El de ayer era un exámen de bigotes
y el resultado devolvió la ilusión que pudo haber quedado en Córdoba. Volvamos
a disfrutar.