No sé si porque me tuve que dar un madrugón importante o porque ví a la Real tan descolocada pero lo cierto es que mi cuerpo no aguantaba lo que tuvimos que sufrir en el Nuevo Colombino.
Un traspiés de gran tamaño, tropezón en la misma piedra de quince días antes en Córdoba y nueva oportunidad perdida para dispararse al frente de la tabla. El partido se comenta solo y hay que agradecer a Lasarte que no buscara excusas en su análisis, seguro que tiene una importante cuota de responsabilidad de la derrota, ya lo reconoció, pero nos gana por su honradez y sinceridad cada vez que se pone a explicar un partido. Lo que nos queda es la ventaja de media docena de puntos para manejarnos al frente de una clasificación que se aprieta.
La expulsión de Zubikarai, que era el mejor jugador de su equipo, dejó la imagen inédita de Carlos Martínez vestido de portero, como en su día tuvo que hacer Loren, pero llegó el gol de penalti y la sentencia definitiva para un partido que tuvo que dejar señal en el ánimo de los jugadores, aunque con los que hablé no parecieron apreciar que lo habían hecho tan mal. Pues nada, a levantar cabeza de nuevo el sábado, porque la carrera sigue y hay todavía treinta puntos para disputar.