Llegaba el mejor de los mejores equipos, con nada menos que
cincuenta puntos de ventaja sobre la
Real y la casualidad de que el Barça tuviera la posibilidad
de igualar el récord de imbatibilidad que Ormaetxea y los suyos lograron en la
gran temporada 79/80. Además, los equipos saltaban al campo conocida la
impensable victoria del Zaragoza en el Bernabéu, con lo que los azulgranas
podían dejar todo al borde del alirón y la Real perdía otro peldaño en la tabla. En fin que
había que estar muy concentrados y aunque nunca sabes como controlar a estos
jugadores entre los que Messí suponía todo un peligro constante,  Lasarte lo preparó de cine y se puede anotar
el gran mérito de ser el único equipo que ha ganado a los de Guardiola lejos
del Camp Nou. Los puntos suponen tanto que la Real queda muy cerca de completar su objetivo de
permanencia. Desde anoche, todo se ve diferente.

 Control

 La Real
hizo un planteamiento de control en la primera mitad, el Barça dominaba el
balón en pases cortos, pero le costaba llegar, lo que era la pretensión
realista. Pero mala suerte otra vez, que en la única llegada con fuste, Thiago
se alió con un rechace en portero y madera para que el balón se colara en la
red realista. Poco antes, Tamudo había empalmado fuera un centro que bien pudo
colocarles en ventaja. Pero era como la fábula del rico y el pobre, la ocasión del
poderoso entra aunque con fortuna y la del necesitado se va fuera.

 Reacción

 Llegados al descanso con derrota mínima, que tenía a la Real metida en el partido, lo
que Lasarte planteó fue pillarle de sorpresa al todopoderoso rival con una
presión arriba que les iba a generar unas cuantas aproximaciones peligrosas.
Pero no llegaba el empate, aunque estuvo más cerca que el segundo culé. Así que
el entrenador movió el banquillo y no pudo salirle mejor la jugada. Un balón de
Demidov lo empujaba a la red el recién incorporado Ifrán y a Zurutuza, también
salido de refresco, le hacían un penalti que Xabi Prieto convirtió en el gol
del triunfo. Los dos refuerzos resultaron decisivos y Anoeta ardió en locura.

 Fabuloso

 La Real
volvió a hacerse grande en la noche en que más lo necesitaba y se hizo con una
victoria que tiene que servir de mucho. La afición realista vivió probablemente
los mejores momentos de la temporada y empujó a su equipo, especialmente desde
que notó que se lo creía. Con el empate, que podía ser un resultado firmado por
la mayoría antes de empezar, fue capaz de robar con una presión en saque de puerta
azulgrana y vino la jugada de la victoria. Hacía tiempo que no se veían los
rostros alegres que anoche quizás permitieron a la Real acercarse de forma
decisiva a los puntos que necesita para cantar victoria. Es para disfrutarlo y
aplaudir a estos técnicos y jugadores que tanto han sufrido de un tiempo a esta
parte. La Real
está viva, muy viva y ayer lo pudieron ver en todo el mundo. Zorionak!