Alberto Moyano
El conflicto prebélico que se ha desatado en Oriente Medio hace seis días parte con una amplia ventaja respecto a precedentes similares. Y es que las broncas internacionales requieren una condición necesaria para ocupar la apertura de los telediarios y medios de comunicación en general y ésta el claro discernimiento entre buenos y malos, un puré, en definitiva, que ahorre al espectador las preguntas molestas o incluso las preguntas en general.. En elcaso de Líbano e Israel contamos con la enorme ventaja de saber de antemano que los segundos son simpre los malos. Si además, los otros son el Partido de Dios, hay que reconocer ya está todo dicho y que se reduce enormemente el espacio para la dialéctica en torno a quien ha iniciado las hostilidades o qué tiene que ganar y que perder cada parte enfrentada. En este punto, sólo queda ver quién sufre más, obviando cualquier otro aspecto que sólo serviría para añadir confusión.
En este sentido, pocos espacios para el diálogo son equiparables al que cada día de labor abre la ETB2. El programa ‘Pásalo’ se levanta sobre la hipótesis de que todo el mundo tiene una opinión interesante sobre cualquier cosa y ésta merece ser escuchada. Así, una dermatóloga, un corredor de encierros y una empresaria de hosteleria o barera se mezclan en alegre francachela con un periodista, una especie de historiador o, directamente, un ejemplar de tertuliano en cautividad. Los ‘padres’ de la idea no deben estar convencidos del todo de las bondades del formato porque, curiosamente, cuando abordan el asunto de los melanomas y las manchas de sol no consultan al corredor de encierros sino a la dermatóloga. Y el hecho de que los participantes reciban cada, antes del programa un dossier de prensa con los temas que luego abordarán en la tertulia tampoco dicen mucho en favor de sus inquietudes informativas
El resultado de todo esto suele ser insólito a veces, desolador,otras, y deprimente casi siempre. Sobre Israel, algunos contertulios habituales se suben a los lomos de Saramago para abonar la teoría de que los judíos hacen con los árabes lo mismo que los nazis hicieron con ellos. Los más gansos repiten cada semana aquello de que “uuuy, con la de Auschwitz que hay ahora mismo en el mundo” y citan de carrerilla: “Palestina, Guantánamo, la frontera mexicana…”
Esta especie de buenismo, que permite evaluar la situación de los derechos humanos en todo el mundo, lo mismo desde la barra del bar que desde Estafeta o Mercaderes, viene envuelta en el condón del “no soy antisemita, sino antisionista”, pero como no existe el crimen perfecto siempre hay alguno que aprovecha el jolgorio para contar algún chiste sobre judíos, en plan, “pagaron por Cristo treinta monedas y la verdad, siendo judío, no valdría mucho más”. Este en concreto, lo contaron hará algo más de un años, en concreto, el día del sesenta aniversario de la liberación de Auschwitz, ante la estupefacción de los dos presentadores, todo hay que decirlo.
Pues, nada, como la semana parece que la pintan calva para este tipo de deposiciones, apetece dar el aviso. Al fin y al cabo, tampoco hay muchas cadenas en Europa que te ofrezcan la posibilidad de contemplar debates tan impúdicos. Ni aunque tengas parabólica.