Alberto Moyano
A pesar de sus iniciales, Iván F.C. no es un club de fútbol, sino un
alumno del Instituto José Saramago de la localidad madrileña de Arganda
del Rey. A través del blog mafius.com, el tal Iván, de 18 años,
expresaba sus quejas sobre el funcionamiento del centro y
especialmente, sobre el comportamiento de uno de sus profesores. Al
alumno, todo hay que decirlo, se le fue la mano: comenzó pidiendo un
presupuesto para borrar los grafitis de las paredes del insti y
quejándose de que se fecharan varios exámenes en un mismo día. Iván
debe ser algo extraño porque también pedía periódicos a disposición de
los alumnos. El caso es que el hombre se vino arriba y comenzó a
insultar al profesor y a proferir amenazas en plan: «Hola, yo soy
alumno del subnormal de filosofía, soy del grupito de los marginados
por este hijo de puta que no tiene otro calificativo….José Antonio
muérete hijo puta que cuando tenga coche como te vea por la calle te
atropello maricón».
La relación profesor/alumno comprende expresiones de este pelo e
incluso mucho peores, pero en la intimidad. A diferencia de en la
religión católica, puedes pensar todas esas cosas sin cometer falta o
pecado alguno. Lo que no puedes es decirlo. Menos escribirlo.
E nun mundo perfecto, el profesor hubiera creado su propio blog y se
hubiera dedicado a desacreditar al alumno y –por qué no– a amenazarlo.
Sin embargo, y de forma muy poco didáctica, el profe se ha juntado con
el director para denunciar al alumno. El resultado es una multa de 200
euros a Iván por injurias y amenazas. No obstante, Iván F.C. ya ha
anunciado su intención de apelar.
Lo dicho: un tío raro.