Alberto Moyano
Obreros sin camiseta, capataces fornidos, torsos sudorosos, músculos en
tensión, tendones como cables…. Un paseo este mediodía por lo que se
conoce como recinto festivalero –más concretamente, alrededores del
Hotel María Cristina– permite contemplar a un equipo de obreros
trabajando bajo un sol de justicia, a la espera de que llegue, no tanto
las estrellas de cine, como el huracán Gordon. Si el Festival que se
inaugura mañana fuera el de Cine Gay o se hubiera programado una
retrospectiva sobre el género de gladiadores nos incluyen a Donostia en
la próxima edición de la Guía Spartacus.
Adelantaba anoche Diego Galán en el programa de Teledonosti ‘Luna
llena’ que ya ha habido invitados que han pedido un cambio de
habitación para evitar el ruido de las obras. Hipérbole o no –de hecho,
no consta que hubieran llegado invitados ya el martes–, el homenaje a
Beirut que han organizado en el parque Okendo trabajará para el enemigo
durante los diez días de Festival.
Hay quien piensa que el espectáculo picapedrero servirá al menos para
solazar a las damas invitadas al certamen cuando, por las mañanas, se
asomen a la ventana de su suite pero, personalmente, lo dudo.