Alberto Moyano Martes, 20.40 horas. Parada de autobús de Ibaeta, esquina con el cruce de Igara. Bajo la bienintencionada pero insuficiente marquesina, se calan de lluvia hasta el tuétano una decena de personas apretujadas. «Aquí le quisiera ver yo al alcalde –exclama un señor cincuentenario–. Llevo desde las ocho y cinco». «¿A cuál está esperando?», […]