La tormenta de informaciones tiende a generar confusión, pero a estas horas parece que el presidente español acudirá a la famosa cumbre de Washington en la que se refundará el capitalismo gracias a una silla que le prestará el bueno de Sarkozy.

A la vista del éxito que ha cosechado la colada de ZP, Holanda, Polonia y una larga lista de países ya han comenzado a manifestar sus deseos de emular a España, pero aunque Sarkozy ya ha mostrado su disposición a sentarlos en sus rodillitas, lo cierto es que le van a faltar piernas.

No obstante, la última palabra la tiene el todavía inquilino de la Casa Blanca, lo cual equivale a garantizar que en esta ocasión al menos, ZP deberá quedarse en el parking, sacando brillo a la carrocería motera del pequeño Nicolas.

En cualquier caso, hasta a Bush le tiene que estar picando la curiosidad por saber qué es eso tan importante que sólo sabe Zapatero, cuál es esa fórmula mágica que habrá reflotar las finanzas mundiales. En todo caso, el hecho de irrumpir en la reunión sudado por el esfuerzo realizado, con la corbata en la frente y la camisa por fuera podría menoscabar la credibilidad de su discurso.