Da gusto. San Sebastián ha pasado de sede del veraneo monárquico  a cantera de líderes transversales prestos a velar armas en el nuevo Gobierno Vasco, tras haberse forjado durante unos años en los correosos asuntos de la municipalidad.

Las últimas novedades en este resbaladizo terreno vienen a cuestionar el conocido refrán de que «detrás de todo gran hombre hay siempre una gran mujer». Con matices, cabría añadir. Detrás de algunos grandes hombres está Ernesto Gasco.Por lo menos, es el caso de su marido, cuyo nombramiento como nuevo director de la Agencia Vasca de Meteorología-Euskalmet debe entenderse como un signo de normalidad democrática.

Al fin y al cabo, la promoción laboral del cónyuge constituye parte del acervo cultural, no ya de la administración vasca, sino del alto funcionariado universal. La exigencia en este caso concreto de un comportamiento diferente constituiría un gesto de discriminación homófoba intolerable.

Menos mal que los sectores más sensatos del pueblo vasco han saltado a la palestra de inmediato: «Eh, que este hombre es geógrafo», han dicho, dando por sentado que tal circunstancia explicaría a la perfección la situación y demostraría poco menos que este hombre ha nacido para este cargo. Por otra parte, sus doctos conocimientos no terminan de aclarar, no ya qué pintaba de concejal en Lasarte, sino al volante de un autobús de línea donostiarra.

Y que conste que pocos de sus compañeros podían competir con el consorte en lo que se refiere a porte al volante, donaire en la conducción y destreza en la toma del carril-bus. Su única tacha era una cierta resistencia a devolver el saludo a los usuarios, bien por el cansancio que produce la repetición, bien por déficits educativos desvinculados, en todo caso, de lo que viene siendo la Geografía.

Lo más desconcertante de todo esto es que, en pleno cambio climático, la meteorología parece llamada a ocupar la centralidad política -al menos desde el punto de vista mediático- de este arranque de una legistura que, por lo demás, ya se adivina apasionante.