El buen ambiente reinaba anoche en el palco del Estadio de Roma en los instantes previos a la final de la Liga de Campeones. El típico y oportuno micrófono abierto captó la distendida ¿conversación? que mantuvieron las personalidades allí presentes:
-.José Montilla: José Luis, oye, cuando tengas un momento tenemos que hablar de lo de la financiación.
-Zapatero: Claro, claro, tranquilo. Oye, ¿has visto cómo está el césped? Una alfombra. Para que luego digan que no hay brotes verdes. Esto tiene que ser el fruto de la introducción de reformas estructurales sin que afecten a los derechos de los trabajadores, ni a las prestaciones sociales. Vamos, lo que se conoce como abonar con excremento de caballo.
-El Rey: Oye, ¿alguien sabe cómo va esto? ¿Van a tocar los himnos? Porque pienso pitar como un loco cuando suene el ‘Dios salve a la reina’, por aquello de reforzar los históricos lazos de amistad que unos unen a los Borbones con el pueblo catalán y tal.
-Berlusconi: ¡Hombre, Príncipe Guillermo! ¿No ha venido su abuela? ¡Qué pena! Dígale que la veo guapísima últimamente y mándelo un fortísimo beso de su más rendido admirador. ¡Ah! y coméntele que eso que cuentan de lo mío con las ragazzas es una infamia y que a mí me gustan las muejres más cuajaditas.
-Príncipe Guillermo: Casualidad, me dijo que no venía por no miedo a sus embestidas termo-emocionales. Tampoco viene Gordon. No sé qué ha dicho de que se le habían acabado las dietas o no sé qué.
-Zapatero: Pena que no me avisara antes. De saberlo, le hubiera enviado un bombardero o un caza para que le acercara hasta aquí.
-Joan Laporta: El que me da pena es Mariano. Ya se había comprado los puros y todo, pero al final se ha quedado sin entrada. Estará en casa, el pobre…
-El Rey: Oye, Silvio, ¿algún sitio bueno para cazar por aquí cerquita? Es que me he traído la escopeta.
-José Montilla: Oye, José Luis, entonces en el descanso hablamos, ¿vale?
-Berlusconi: Zapatero, Zapatero… pero qué bien te conservas, pirata… Por cierto, eso que comentó Rubalcaba de que había que elegir entre las bombas y los bótox, no lo diría por mí, ¿verdad? Porque yo soy todo natural, ¿eh? Dile a Fredo que lo que hay es mucha envidia a mi negra cabellera.
-Joan Laporta: ¡Eh, silencio, que ya empieza el partido!
-El Rey: ¿Y qué pasa con los himnos?