“Estimado virus:
Antes que nada, ¿debo tratarle de usted o puedo tutearte? ¿Nos conocemos de antes o es sólo una falsa impresión? Y sobre todo, ¿cómo debo despedirme? ¿Quizás con “un fuerte abrazo”? ¿Mejor con “un afectuoso beso”? ¿No sería más apropiado un simple “suyo”? ¿O debo recurrir al socorrido “póngame a los pies de su señora”, casualmente también de nombre Gripe, de apellido Común, de soltera Estacional?
Se preguntará a cuento de qué viene a estas alturas tanta divagación y hará bien en hacerlo. El caso es que la presidenta de nuestro comité de recepción, doña Trinidad Jiménez, tiene la facultad de vivir cada día como si fuera siempre el primero. Y esto, que pudiera parecer una virtud, se convierte en un engorro cuando cada mañana no deja rastro de la víspera, de forma que lo que un día son los niños, al siguiente son los ancianos; lo que ayer fue grave hoy “quizás estábamos exagerando”; o si la vacuna que iba a llegar en noviembre, a continuación se adelante a octubre para finalmente aplazarse a diciembre.
Sea como fuere, el caso es que nos vemos en la obligación de escribirle para comunicarle que ha de retrasar imperiosamente su invasión. Sin entrar en detalles, sucede que misiones más altas reclaman nuestro concurso, impidiéndonos ejercer de anfitriones con la dedicación que su dignidad merece. Sin ir más lejos, ahí está el cultivo intensivo de ‘brotes verdes’, una labor que requiere un cuidado -casi diríamos un mimo-, sólo posible en régimen de exclusividad. Todo ello, dicho sea de paso, a pesar de los paupérrimos frutos obtenidos hasta el momento.
Además, el tiempo se nos ha echado encima, de modo que como quien no quiere la cosa nos encontramos en puertas del Festival de Cine, un territorio rico en besos y abrazos, entre el director del certamen y las estrellas invitadas -a pesar de que llegan de forma escalonada cual niños navarros a los colegios-, las estrellas invitadas y la prensa, la prensa y los jefes de prensa, los jefes de prensa y los intérpretes simultáneos y, por último, los intérpretes simultáneos y las estrellas invitadas, todo lo cual, aconseja postergar su visita hasta más adelante, quién sabe si coincidiendo con la Semana del Cine Fantástico y de Terror, allá por finales de octubre. Ya hablaremos.
A cambio y en compensación por las molestias que esta decisión pudiera ocasionarle, nos comprometemos a impulsar la candidatura 2010 como Año Ponciano -muy similar a cualquier Año Mariano-, pero en esta ocasión, a modo de sentido homenaje y cálido recuerdo al gran Pilatos, santo patrón de los que se pasan la vida lavándose las manos.
Sin más, reciba mi un sincero y cordial tamiflú (en plural, tamiflúes)”.