1) El influjo del habla madrileño sobre el castellano es algo más que tóxico. El Festival suele ser reflejo de las últimas innovaciones en la materia. Sin embargo, en el año de la crisis hay que saludar la práctica desaparición de unaexpresión funesta: “Cari”.
2) “Ahora te toca a ti, ‘cari'”, “luego te llamo, ‘cari'” o incluso “perdona, que me suena el móvil, ‘cari”. El personal de las productores, distribuidoras, oficinas de prensa y management -o como se diga-, disparaba a discreción la dichosa palabrita, el equivalente socio-laboral a la hogareña ‘churri’ e igual de inaceptable. Por cierto, junto con ‘cari’, el viento se ha llevado también la odiosa costumbre de preguntar: “¿Te ha gustado la peli?”. Loado sea el cielo.
3) El esquema de la Sección Oficial, ¿se repite año tras año o es tan sólo una sensación fruto del cansancio? ¿Estaba escrito en alguna parte que tras el champagne de ayer a cargo de ‘El secreto de sus ojos’ llegaría hoy la resaca de la mano de ‘Making plans for Lena’?
4) El pobre Ang Lee lleva meses explicando por qué su película sobre el concierto de Woodstock resulta tan sumamente epidérmica. Quizás habría que observar tal circunstancia como un ejercicio de coherencia: a tal movimiento, tal película. Dicen que los ‘hippies’ cambiaron elmundo. Sin duda. Luego habrá que preguntarse en qué sentido. Como cantaban los Cracker: «No me jodas con paz y amor cuando ni siquiera los tengo dentro de mí».