El caso es que tiene sus ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, habría que destacar el hecho de que te excluye de participar en las clónicas conversaciones entre fans de la trilogía, todas las cuales comienzan con «es que engancha un montón» y concluyen con «es que engancha un montón». En cuanto a posibles amenazas en forma tertulia entre los que no la han leído, no se tiene noticia de que se haya celebrado alguna hasta el momento.
Entre las segundas, que te obliga a presenciar metastásicas conversaciones entre fans de la trilogía, por lo que acabas hasta las huevos de Lisbeth Salander sin haber disfrutado, en contrapartida, de sus supuestas prestaciones. Entre los efectos colaterales, destacar tan sólo el irrefrenable impulso que lleva los seguidores de la trilogía a explicarte hasta qué punto «engancha un montón» apenas detectan, no sólo que no te sumas a la charla con entusiasmo, sino que lo ignoras todo sobre las actividades de la extrema derecha en los países nórdicos.
Y sin embargo, la trilogía ‘los hombres que no encendían las cerillas
por las corrientes de aire’ estimula hasta lo incocebible la vocación
por el apostolado, con especial énfasis, en aquéllos que no se habían
echado un libro a la cara desde los gloriosos tiempos de ‘El código Da
Vinci’.
Por eso, ignorar supinamente las virtudes de ‘Millenium’ se ha convertido en un auténtico ejercicio de resistencia cívica, sin contar además con todo lo que se ha escrito ya sobre las generosas raciones de ética periodística que el protagonista imparte a lo largo y ancho del primero de los volúmenes, así como sobre el prodigioso ejercicio de hipnosis colectiva que supone convertir a un padre completamente desentendido de su descendencia en héroe del feminismo.
Llega ahora a las pantallas la segunda entrega de la adaptación cinematográfica de la magna obra. Demostrará otra vez que ‘Millenium’ no admite las adhesiones fragmentarias. Lo suyo son las monolíticas. Por eso, los espectadores sustituirán a la salida de la sala el inmortal «me gustó más el libro» por el juvenil «qué ganas de que echen la tercera, que es que engancha un montón».