‘Euskadi, saboréala’ es el eslogan elegido por el Gobierno Vasco para
combatir lustros de cieno vertido por unos y por otros sobre la
impulota imagen de Euskadi y el consiguiente menoscabo de su atractivo
turístico.

‘Euskadi, saboréala’ -y no ‘sabotéala’ como algunos han dado ya en
parodiar- apelará a la papilas gustativas de los potenciales visitantes
del País Vasco. Y aunque la campaña se realizará bajo el mantra del
‘cambio y la normalidad’, lo cierto es que el desarrollismo vasco vía
gastronomía fue un hallazgo de los gobiernos identitarios, sin que la
llegada del transversal haya aportado mayor novedad hasta el momento en
este campo. Si hasta algunos de los más grandes tuvieron que comparecer
en la Audiencia Nacional…

Ahora, se les recupera para que acompañen ese eslogan que reincide en
el tono imperativo y apremiante de aquel ya lejano ‘ven y cuéntalo’,
en versión comprimida: “Saboréala”. “¡De una p… vez, hostia
ya!”, cabría añadir en posteriores oleadas publicitarias. De alguna
forma, suena parecido a “Sultán… ataca!”.

En cualquier caso, lo más probable es que el recurso gastronómico sea
una solución meramente temporal, a la espera de que en los próximos
años culminen los grandes proyectos culturales, tipo Guggenheim de
Urdaibai, Tabakalera, San Telmo o San Mamés Barria.

Mientras tanto, sólo cabe aplaudir esta iniciativa tan integradora, en
la medida en que el sueño de cualquier restaurador español y hasta
europeo ya no es acumular estrellas lalalín, sino despertar un día
convertido en cocinero donostiarra, el más alto anhelo imaginable
dentro de este sector.