Animado por los espectaculares resultados cosechados por el pulpo ‘Paul’ a lo largo del pasado Mundial, el rey se echó ayer en brazos de ese pensamiento mágico que, por otra parte, está en el núcleo de la legitimidad monárquica. En otra exhibición de eso que los monárquicos llaman campechanía y los ‘juancarlistas’ saltarse el protocolo, […]