1) Pese a que hace cuatro años su vídeo de declaración de tregua fue ampliamente superado en audiencia en el País Vasco por ‘Camera Café’, ETA reincide en el formato y nos envía otro audiovisual grabado bajo la más estricta observancia de los principios del movimiento ‘Dogma’. Con la autoridad que da ser un ciudadano de Euskadi, cantera inagotable de cortometrajistas -y ahí está el programa Kimuak-, opino que a los seis minutos les sobra metraje. Vamos, que era posible decir lo mismo en menos tiempo. Por otra parte, “la historia de mi vida”, que podría decir la propia ETA.

2) Entre los floridos pero interminables comunicados del subcomandante Marcos -ése Salinger de las guerrillas centroamericanas- y los seis minutos del vídeo de hoy hay un término medio. ¿Por qué grabar un vídeo pudiendo realizar una vídeo-instalación? Es que no es por nada, pero vamos mal de tiempo.

2) ETA reaparece en formato audiovisual allí donde lo dejó. Si en la anterior tregua, olvidó anunciar que esta había finalizado hasta siete meses después de volar la T-4, en esta ocasión revela que su decisión de no realizar “acciones armadas ofensivas” la había tomado hace ya varias semanas. Ayyyy, esa cabeza.

3) Se ignora la identidad de los tres encapuchados que comparecen ante la cámara estática en plano fijo. En cuando al autor del texto, ahí se reduce el abanico de posibilidades: o es Toshack o es un ferviente admirador de sus artículos. La interminable lista de méritos autotribuidos, salpicada de recordatorios sobre la importancia de ser humildes, remiten directamente al gran jugador galés de golf. Además, el uno y los otros comparten las lacras inherentes a todo ser vivo aquejado de anacronismo, esa dolencia tan inmisericorde.

4) Por apuntar un dato inquietante: durante al menos cuatro minutos de los seis que dura el vídeo, el que aparece a la izquierda de la imagen transmite signos inequívocos de estar dormido. Cabe preguntarse si estamos asistiendo al nacimiento del líder de una escisión, así sea aún en estado embrionario.

5) Frente a los recurrentes y un tanto pesados llamamientos a que ha llegado la hora de “abrir puertas”, “deshacer nudos” y “dar pasos” que han venido trufando históricamente este tipo de arengas, hay que recordar que ahora mismo estamos en esa fase de maduración sociológica que en los manuales de politlogía se describe técnicamente como “verlas venir” y se ejecuta preferentemente desde el sofá.

6) “No era esto lo que esperábamos” es una gran frase, que sirve tanto para definir el estado de ánimo de quienes aguardaban un comunicado más contudente como el de los que se temían un atentado. Los orígenes de esta frase se remontan al Sorteo de la Lotería de Navidad, cuyo decepcionante desenlace, año tras año, no evita que al siguiente volvamos a comprar un décimo. Volviendo al tema central, ¿por qué no? Lo peor que nos puede pasar es que a partir de ahora todos los niños vascos quieran ser de mayores mediadores surafricanos.