«Soñé que la ‘estación intermodal’ era esa época del año en la que se forjan tendencias en el prêt-à-porter y en el que uno no sabe si ponerse el jersey holgado o la camiseta ceñida, que cuando se hablaba de ampliar las pistas de Hondarribia se referían a las de atletismo de Anoeta y que ni los propios maquinistas del Tren de Alta Velocidad –antes, Tren de Alta Ferocidad– se aclaraban dónde debían detenerse, a su paso por Donostia.
Soñé también que la incineradora se construía debido a la imperiosa necesidad de pegar fuego a todos los informes y estudios que acompañaron la sucesivas ubicaciones previstas para tal infraestructura. Y ya puestos a soñar, vi con nitidez que la Estación de Autobuses de 2015 estaba lista para 2016, que pedíamos una moratoria para celebrar 2016 en 2017 y que cuando Tabakalera abría por fin sus puertas la cultura audiovisual era ya un atavismo que ni los más ancianos del lugar recordaban.
En el sueño, llegaba ese inevitablemente momento en el que algún jugador de la Real proclama eso de que ha llegado el momento de hablar en Al Campo y, acto seguido, se lo llevaban a trabajar de cajero en uno de los supermercados homónimos y también soñé que el Quinto conTenedor se convertía en un afamado restaurante donostiarra especializado en el menú degustación.
Y, por fin, soñé que me despertaba justo en el momento en el que se desalojaba a rumanos y otros extranjeros de un edificio ruinoso para su posterior ’okupazion’ por los sectores más concienciados de nuestro pueblo, dando así por inaugurados los GPO (Gaztetxes de Protección Oficial)».