Las ejecutivas federales creen que la culpa es de la ley D’Hondt, quien culpa a las distintas circunscripciones, las cuales responsabilizan a los abstencionistas, que a su vez culpan al buen tiempo que anunciaron los meteorólogos, quienes recuerdan que ya dijeron que iba a hacer malo.
Eguiguren cree que la culpa es del PSE; el PSE, que del PSOE; el PSOE, que de Rubalcaba y éste, que de ZP, quien no comparte la estrategia de Elena Valencia, que culpa a la crisis que, a su vez y en opinión del PP, es toda obra del PSOE.
El PNV cree que la culpa del PSOE por hacerle la campaña a Amaiur, quien culpa al PSOE de obedecer al PP, que a su vez, acusa al PNV de poner palos en las ruedas, por no mencionar a los de la tele, todo el día dando bola a ETA.
Obama cree que la culpa es de la UE, quien culpa a Alemania, que apunta a Italia, que acusa de contagio a España, quien recuerda que todo empezó en Grecia, quien matiza: “Y también en Irlanda”.
La sociedad cree que la culpa es de los políticos, quienes responsabilizan a los funcionarios, quienes señalan a los absentistas, quienes, a su vez, opinan que hay mucho fraude y todos coinciden en que son los maestros, que ganan más y trabajan menos que si fuesen controladores aéreos.
El tendero cree que la culpa es del barrio, que se ha vuelto muy inseguro, aunque los vecinos culpan a los que han venido de fuera, quienes denuncian que se les trata como a marginados, cuya sección autóctona culpa a SOS Racismo por dar pisos con garaje a los inmigrantes.
El contribuyente cree que la culpa es del parado, que no quiere trabajar y el parado, del empresario, que no quiere emprender y el emprendedor, del Gobierno, que no le subvenciona, aunque todos coinciden en que ¡vaya sindicatos!
El español cree que la culpa es de los alemanes y los alemanes, que de los españoles, pero… “¡alto ahí!”, exclama un catalán, que culpa a los andaluces, que ya no cogen aceitunas porque se pasan todo el día en el bar, cuyo dueño defiende el papel de la hostelería como motor económico y pide más flexibilidad de horarios.
La afición cree que la culpa es de Aperribay que dejó a Loren, quién trajo a Montanier, que no consigue que juegue bien el equipo, quien lamenta que no anime la afición, que recuerda que aún no han quitado las pistas de atletismo, pero todos coinciden en que mejor no hablar de los errores arbitrales y del comportamiento antideportivo de los postes.