“Queridos Reyes Magos,
Disculpad que este año os ignore olímpicamente saltándome algunos trámites. Es que vi ‘Escépticos’ en ETB, en donde demostraban científicamente que los Reyes no existen, sino que en realidad son los yernos. Así pues, mantengo el encabezamiento de la carta como mera fórmula de cortesía y en homenaje a los viejos buenos tiempos, cuando lo de Tejero y todo eso.
Al lío. Dado que este año no es que haya sido bueno, sino que he sido ‘indignado’ -el superlativo de ‘bueno’- me dispongo a pasaros una lista con mis exigencias para este 2012 que tanto promete. Os recuerdo que tengo montado un belén y sé como usarlo.
Por todo lo cual, a diferencia del pasado año, éste ya no quiero encabezar una alternativa creíble de Gobierno, ni siquiera liderar la renovación del PSOE, sino que prefiero deuda soberana española a dos años y un 6%-7% de interés. La cuantía total la dejo a vuestra discreción. En este punto, tan sólo os recordaré que mantengo excelentes relaciones con los Mercados, al menos, con la rama más agresiva de la familia.
También me encaprichado con la tijera oficial de los recortes, un artilugio de una belleza formal deslumbradora, amén de la mar de práctico. No temáis, mi intención es emplearme a fondo con las pensiones y los sueldos de los funcionarios, dos sectores sociales que al fin y al cabo nunca han creído en la Navidad. Como véis, en realidad no os pido nada para mí.
También me gustaría recibir en casa en los plazos establecidos un asiento en el consejo de administración de Kutxabank, las pistas de atletismo de Anoeta y un par de reflexiones en torno a Tabakalera. Y por último, tras la retirada de las tropas españolas de Irak, quiero que este año se retiren de España. A cambio os devuelvo al Obama de pega que me dejásteis hace cuatro años. Os pedí el primer presidente negro de EE UU, pero este año vuelvo a preferir uno blanco, que al menos no comen premios de la paz.
Y nada más. Pubs en la tierra a los hombres sin voluntad.
Póngame a los pies de su señora, si no recuerdo mal, doña Cristina-llegó-conduciendo-su-propio-vehículo-como-cualquier-infanta-de-su-edad.
El año que viene querré más”.