La tamborrada de Gaztelubirra superó con nota el crucial compromiso de anoche tras las dudas que habían suscitado sus últimas actuaciones en una temporada que sólo cabe calificar de irregular. Y si al final no se llevó los tres puntos, al menos demostró una actitud encomiable, digna de los colores y olores de Raimundo Sarriegui.
Su tambor mayor, Joxean Gula, planteó una izada seria, reptiendo la alienación en los últimos años, pero apostando por el doble trivote bilateral, formado por Juantxu Letón, Joseba Ril y el brasileño Redoble Inesprado, procedente de la Escola do Samba de Carlinhos Brown, que demostró que aún le queda mucho para acoplarse a las ligas europeas. El dibujo del técnico sobre el tablado se completó con una línea de tres aguadoras, protegidas por las bandas con el cabo de gastadores, de nombre ignoto y al que no se pudo identificar al no llevar encima documento alguno, y la joven promesa surgida de la cantera del Palatinaikos, Dimitri Dipsómano. En punta, Aimar Rizada tuvo que bregar en solitario con la nutrida defensa que plantearon los familiares de los presos.
La buena noticia de la noche fue Menudo Triponcete, que se mostró completamente recuperado de su última alubiada, cuajando una actuación soberbia en la línea de barriles. Por el contrario, Alfonso Somán evidenció un estado de forma deplorable al presentarse a la convocatoria completamente sobrio, lo que impidió que encontrara su sitio en el tablado durante toda la noche. Finalmente y pese a las dudas que habían suscitado entre semana sus polémicas declaraciones, Enriqué Colocón desbordó siempre a su par, acallando todos los rumores sobre su inminente traspaso a Euskal Bolera.
A medida que pasaban los minutos y entre los silbidos del sector del público más impaciente, Gula dio salida a los jóvenes Felipe Do y Anselmo Rao, que apenas dispusieron de minutos excepto para destrozar ‘Iriyarena’ y ‘Katiuska’, ya que saltaron al tablado a falta de minutos, desacompasados, mal conjuntados, desconcentrados y, en definitiva, con evidentes síntomas de intoxiación etílica.
Al final y pese a la entrega demostrada durante toda la izada de la bandera, ésta apenas llegó en sus mejores momentos a ondear a media asta, en parte, debido a la actuación del colegiado, acertado en algunas ocasiones, discutible en otras, ebrio como una cuba en todas en ellas.
En cuanto al equipo, quedó claro que todavía queda mucho trabajo por delante, pero que aún cuenta con mucho margen de crecimiento. Joxean Gula ha convocado para esta mañana a los tamborreros que no jugaron anoche, para una sesión suave de entrenamiento y recuperación, a base de ajoarriero, cordero al chilindrón, milhojas de Ebook y helado de bogavante. El resto de la plantilla dedicará la jornada a ir de potes repasando el vídeo de la izada con el objetivo de correguir errores y pulir algunas jugadas de estrategia a la hora de hacerse un hueco en las hoy muy apretadas barras de los bares.