Hay que ganar mucho dinero para acabar tributando a Hacienda únicamente el 0,02% de tus ingresos. Nadal lo consiguió, aunque para lograrlo tuvo que venirse a Gipuzkoa. Apenas 11.000 euros de los 47 millones ingresados de 206 a 2009 es el resultado de su estancia en el retiro fiscal guipuzcoano. La cifra es tan dudosa que Hacienda ya ha pedido el ‘ojo de halcón’.  Desde el punto de vista contable, se trata de una proeza que en absoluto desmerece sus triunfos en la cancha. Los contribuyentes acostumbrados a estrellar la pelota en la red la contemplamos con idéntica admiración.

El sobrino de ‘tío Toni’, que entre su interminable palmarés deportivo cuenta también con la felicitación del colectivo de inspectores de Hacienda, siempre ha proclamado con orgullo su condición de español, fijación que elevó a la condición de obsesión el día en el que, puestos a buscar paraíso fiscal, prefirió recurrir a los servicios de uno nacional antes que a los de uno radicado en el lejano extranjero. No deja de resultar un tanto humillante que un deportista multimillonario abandone la comunidad autónoma con más corrupción por metro cuadrado de Europa para venirse aquí.

En realidad, ¡Vamos-Rafa! nunca abandonó su tierra natal como persona física; únicamente emigró como sujeto tributario y aquí entramos en el terreno de la teología, la única superstición capaz de hilar tan fino como para distinguir entre un individuo cualquiera y el titular de las empresas a su nombre. Este estado mental, de un misticismo exacerbado, sólo se alcanza mediante una masiva aplicación de fe ciega en el sistema.

Lo más desolador llegará cuando la investigación concluya con el reconocimiento público de que el tenista actuó siempre dentro de la más escrupulosa legalidad. Gipuzkoa es tierra batida,  un lugar en el que cualquier asalariado puede pagar como si fuera capaz de servir a 200 kilómetros por hora, aunque jamás haya tocado una raqueta. Aún y todo, podemos darnos por afortunados. Los ejercicios fiscales investigados corresponden en el tiempo al reinado de Nadal en lo más alto de lista de la ATP. Si aún estuviera cotizando en Gipuzkoa, ahora que Djokovic le ha relegado al número dos, lo mismo le salía de devolver.