El español es de natural un ciudadano aferrado a dos grandes certezas indestructibles mediante argumentos racionales: todos sus políticos son unos mentirosos y todos sus campeones son un ejemplo de deportividad. Cuando estas dos supersticiones se cruzan terminan por alumbrar episodios repletos de cochambre y estrambote, como el 12-1 del España-Malta o más recientemente, ese […]