Aunque el insmonio del rey era un fenómeno ya conocido, no obedece a los escabrosos acontecmientos -al parecer, algunos recogidos en soporte vídeo- al que venían atribuyéndolos las maledicentes lenguas del país, sino a los desvelos que le produce la elevada tasa de paro juvenil. Así como sus súbditos concilian el sueño contando ovejitas, el […]