Si ya me gustabas tal y como eras | El jukebox >

Blogs

Alberto Moyano

El jukebox

Si ya me gustabas tal y como eras

Ni toda una vida entre libros te salva del sofoco de toparte a cada paso con una creciente cantidad de textos cuyo significado, no ya último sino primigenio, se te escapa por completo. A los manuales de instrucciones de electrodomésticos, los listados farmacéuticos de contraindicaciones y las cartas de algunos restaurantes, se suman con alborozo las informaciones en torno a las innovaciones tecnológicas. De entre todos los imitadores de James Joyce, los redactores de Apple son mis favoritos. Cada presentación de un nuevo dispositivo se convierte, a mis ojos profanos, en una obra de arte cuya belleza impenetrable supera en mucho a la del propio artefacto que, en última instancia, no pasa de ser otro cachivache.

Cuando leo que con el lanzamiento de su nuevo ingenio telefónico “Apple ha abandonado finalmente las 3,5 pulgadas de los iPhones previos y se ha decantado por las 4 pulgadas” me pregunto de inmediato si llegará el día en el que sea capaz de captar la magnitud de esa insignificante media pulgada, pero por alguna extraña razón, caigo rendido ante la belleza de la prosa. Si a continuación leo que el bicho cuenta con “una pantalla Retina Display con 1136 por 640 píxeles de resolución en 16/9 y 326 puntos por pulgada”, entonces ya me ruborizo y -por qué negarlo- hasta siento una pizca de envidia. No recuerdo que jamás hayan dicho algo tan bonito de mí, en contrapartida, debo admitir que mis halagos suelen ser más pedestres, lejos en cualquier caso de estas inalcanzables cotas de lirismo.

Por si aún quedara algún agnóstico en la sala, sepan que el dispositivo “es un 18% más delgado, quedándose en 7,7 milímetros de grosor, y un 20% más ligero que su antecesor”. Y aún más: la conectividad del nuevo iPhone será por fin LTE, aunque al parecer esto ya era un secreto a voces, lo cual supongo que atenúa en parte el efecto sorpresa. Finalmente, el plasticorro cuenta también con un “corazón” -al menos, a este rango elevan las informaciones al procesador A6 que lleva en su interior- y, ni que decirse tiene, incorpora el nuevo sistema operativo de Apple, un tal iOS 6. Confieso que sólo escribirlo hace que se me salten las lágrimas y eso que aún no he llegado al párrafo en el que se informa sobre el nuevo conector dock, que si bien hasta ahora venía siendo un sistema de 30 pines, ahora pasa a ser Lightning, que apuesta por 8 pines. Y no sigo porque me tiembla todo, así de cerca estoy de caer en eso que antes se llamaba el síndrome de Stendhal o ahora, simple papanatismo.

Colocado frente a tan apabullante exhibición expresiva y rendido ante la exuberante capacidad de Apple para enviarme de vuelta a la inopia de la que nunca debí salir, sólo se me ocurren tres preguntas: 1) ¿qué clase de mierda han venido utilizando sus clientes hasta ahora?; 2) ¿Cuánto tiempo habrá de transcurrir hasta que esta nueva maravilla sea denostada por la propia compañía en el transcurso de otro acto de anunciación del enésimo mesías electrónico; y 3) ¿Qué es eso tan maravilloso que hasta ahora no hemos podido comunicar a nuestros semejantes y a partir de ahora sí, gracias a la formidable inventiva de los ingenieros a sueldo de la secta de Steve Jobs?

Temas


septiembre 2012
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930