El tema no es a quién votas, sino para qué; el tema no es la carga policial, sino el lema de la manifestación; el tema no son las pensiones, sino lo que cotizaron los jubilados; el tema no es Cebrián, sino los medios de comunicación que cotizan en Bolsa; el tema no son ni Pedraz o Marlaska, sino la Audiencia Nacional; el tema no es Mourinho, sino el Barça; el tema no es Wert, sino Jorge Javier Vázquez; el tema no es la lengua, sino la boca; el tema no es Bisbal, sino el playback; el tema no es ser vasco o español, sino en qué clase de país; el tema no son las pistas de atletismo, sino la plantilla de la Real; el tema no es Rajoy, sino el electorado; el tema no es el Kilometroak, sino el euskera; el tema no es Bankia, sino los banqueros; el tema no es Mahoma, sino sus profecías; el tema no es el mapa mundi, sino las materias primas; el tema es la campaña, no las encuestas internas; el tema no es el resultado, sino el referéndum; el tema no es Obama, sino la Casa Blanca; el tema no es dios, sino el Vaticano; el tema no es la patronal, sino los sindicatos; el tema no es el relato compartido, sino la audiencia fragmentada; el tema no es el rey, sino la monarquía; el tema no son los besos fríos, sino las miradas calientes; el tema no es la gastronomía, sino el apetito; el tema no es la bicicleta, sino el bidegorri; el tema no es Steve Jobs, sino el motivo de tu llamada; el tema es el viaje, no las maletas perdidas.