El mismo Joaquín Sabina que tantas veces cantó aquello de “lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un güiski on the rocks” con la mente puesta en el tripartito pero sin mencionarlo ha vuelto a irrumpir en las elecciones catalanas cediendo a Ciutadans un artefacto literario titulado ‘Anteproyectos para la letra del himno nacional (con perdón)’. Bien mirado, todo partido debería tener su canción popular. A mí, Andy y Lucas me suena a lo mismo que la disyuntiva ‘o bombas o votos’, aunque convendremos que Rubalcaba está ya más bien como para que le cante Elton John.

Se podrán decir muchas cosas del cantautor jienense, pero no que tenga buen ojo. Hablo de memoria y sin consultar en qué el cambio de hora en 2013, pero diría que el mes de abril es lo único que aún no nos han robado. Por otra parte, un crítico musical podría recriminar al hombre que tanto y tan bien cantó a la prostitución su insistencia en darle vueltas al mismo tema con estériles intentos de ponerle letra al himno español.

En el caso que nos ocupa, digamos que el texto rimado sirve para recordar una vez más que la transición se hizo sin que nadie pidiera cuentas a las cantautores. Y así estamos. Tras la muerte de Franco, no sólo hubo que mirar, sino también escuchar, para otro lado. Alguien que compone una cosa que empieza por “Ciudadanos, ni héroes ni villanos” y termina con “no hay nada más sagrado que la libertad” se está beneficiando claramente de la ley de amnistía del 77. Dicho de otra forma, esto huele a María Ostiz que tumba.

La intención habrá sido buena, la mejor, sin duda, pero es que hay veces en las que más que darte una canción, te dan con ella. Quizás hubiera sido preferible para los intereses de Ciutadans que Sabina hubiera brindado su talento a CiU regalándole cualquier otra joya de su repertorio, no diré ‘Pastillas para no soñar’, pero qué sé yo, al menos ‘Conductores suicidas’.