A fin de encontrar las claves que explicaran de la mejor manera posible el partido de ayer a un profano like me, he buscado con palabra clave “pistas de atletismo” a lo largo y ancho de todas las crónicas publicadas hoy, sin hallar el menor rastro. Dado que estamos hablando de 55 millones de euros, me pregunto si no sería mejor dedicar este dinero a ‘peinar’ el mercado, bien el de invierno, bien el de verano, bien el de entretiempo, en busca de algún genio. A continuación, he puesto “Montanier dimisión” y tras pulsar la opción “voy a tener suerte”, me he encontrado con cero resultados. Finalmente, he ido a lo seguro, escribiendo en Google nada más y nada menos que “Rubén Pardo” + “ausente de la alineación” y, para mi sorpresa, tampoco ha habido tema. Quizás con “¡Aperri, vete ya!”, se me ha ocurrido, pero sólo ha aparecido una breve referencia de pasada a la posibilidad de que el hombre se convierta en el primer presidente realista en coger al equipo en Segunda División y ponerlo en la Champions. Puede que a través de “accionariado falsamente atomizado” obtuviera lo que buscaba, pero todas las referencias habían desaparecido, sin duda, fruto de algún sortilegio. Como seguía sin entender nada, he ido a la desesperada, recurriendo a las grabaciones de audio de las retransmisiones radiofónicas y lo más reseñable que he llegado a escuchar es un atinadísimo comentario sobre las facilidades que la Real estaba brindando al rival “al jugar con un claro delantero centro  cuya marca fijan nada menos que dos centrales y así no hay manera blablabla…”. Al final, Agirretxe se tiró todo el partido “habilitado”, signifique esto lo que signifique, pero lleno de comprensión, he atribuido el dislate del experto comentarista  a las dificultades que presenta leer correctamente un partido escrito en comic sans. Por cierto, cada vez que oigo hablar del “falso 9” me acuerdo de Loren, que empezó de delantero centro, pero acabó de defensa central, antes de revelarse como director deportivo. En resumen, lo único que me ha quedado claro que es que la afición animó al equipo como siempre, es decir, como un sólo hombre esquizofrénico perdido. Por cierto, ¿se sabe ya si la Real necesita que le injerten tres torres al estadio de Anoeta o cómo va eso?