El pasado sábado, aprovechando el 169 aniversario de la institución mejor valorada por los españoles -la Guardia Civil-, la delegada del Gobierno en Cataluña entregó un diploma a la División Azul, el color líder en el mercado de suelos éticos ya que es un tono que conjunta con todo. El propio José Bono ya hizo lo propio en 2004, aprovechando la fiesta nacional, argumentando a continuación que no estaba dispuesto a pedir permiso “para querer a España”. Y si el amor es ciego, no hay razón alguna para que no sea también daltónico. Los fans de la ‘Azul’ esgrimen su lucha contra el comunismo con el mismo rigor con el que se podría alegar que, en realidad, lo hizo a favor del nazismo en un país invadido con intenciones genocidas: 20 millones de muertos lo atestiguan. En cualquier caso, la Legión Cóndor está pidiendo a gritos el reconicimiento español que en su propio país le niegan: al fin y al cabo, consiguió la proeza bombardear a la vez comunismo y separatismo, los dos enemigos seculares de la España del siglo XX. Del valor de los falangistas en el frente, da cuenta las palabras que les dedicó ese genio de la estrategia militar que fue Adolf, quien por otra parte consideraba a Franco un zumbado, desde que un arrebatado caudillo le confesó que había nombrado legionaria de honor a la Virgen del Pilar por sus servicios en el frente. En cualquier caso, si el valor es en sí mismo una cualidad al margen de cualquier otra consideración, urge homenajear de inmediato a, qué sé yo.. ¿quienes volaron a Carrero Blanco?
Al socaire de los ‘rojos’ que se volvieron encarnados, emerge la teoría de que el azul de la División tampoco es que se encontrara en estado puro. Allí había de todo, dicen: algunos voluntarios falangistas, sí, pero también gentes de diverso pelaje obligadas por las circunstancias, un alegato que hace saltar por los aires cualquier posible comparación, no digamos ya equiparación, con los brigadistas internacionales. Así, resulta que estaríamos ante una División plural en su diversidad, en diversos tonos a medio camino entre el azul ‘churri’ y azul ‘cari’, y sólo en última instancia un poquito falangista. Ya lo decía el famoso tango, siglo XX, Cambalache, “vivimos revolcaos / en un merengue / y en un mismo lodo / todos manoseaos…”. Por cierto, el azul se obtiene de la mezcla de dos colores primarios: el cian y el magenta, circunstancia esta última que aprovecho para enviar un saludo a UPyD.