La última vez que puse los pies en una entidad bancaria presencié cómo una octogenaria le comentaba al empleado de la oficina que no entendía cómo había gente dispuesta a adquirir en subasta un piso embargado a una familia desahuciada. “Me generaría problemas de cociencia” adujo. El audaz ejecutivo no tuvo que pensárselo dos veces […]